respuesta a asociacion de mujeres furiosas contra hombres como tu DE VOREM

chicas,
el escrito mio de no te odio por si lo preguntas, primeramente logre lo que queria, segundo no se si ustedes tienen cierta afliccion contra los hombres como yo sin faltarte al respeto pero no me conocen para que escriban lo que escriben, otro punto es que siempre las mujeres se hacen o sen pueden hacer las sufridas y uno es el malo de la pelicula, a decir verdad la estupides de “UN CLAVO SACA OTRO CLAVO” ES MENTIRA ESO ES UNA EXCUSA DE LA GENTE QUE PERDIO LO QUE QUERIA.

Cada día un poco más.

Sabes que te amo como a alguien a quien puedo hacer que crea en los anhelos antrecruzados; anhelos de labios contentos enviando alegría al mundo de los sí. Un sí para sentirte. Un sí para no herir a nadie. Un sí para la imaginación continua. Un sí para incluso el disparate.Al final, siempre consigues que la noche sea día y el día sea una necesidad de verte para poder decir a las horas del reloj que no cambies nunca; que seas siempre un inicio y nunca un final; con tu mano siguiendo en esta labor de moldearme como hombre y no como estatua. Que seas siempre escultora del alma y no de la materia. Sigue Leyendo...

Desde la palabra a los corazones

Doy gracias a cada palabra por ser fuente,
por ser semilla, por ser afluente
de otra gran río que es el pensamiento.
Palabras que me fueron dadas
como signos, como aladas
mariposas que tergiversan la prosa
y ritman con compás ardiente.
Palabras que muestran las desdichas
de la gente corriente,
que como yo, escuchar cantar al paso de las nubes
o sonríen en las esquinas enla vertiente
más humana del existir.

Papel impreso

Si en su mano pudo sostener algo que no fuera su propio cansancio, no hubo cosa mejor escogida que aquella mano pequeña, frágil, blanca. Ésa que, sin avisar, fue invadiendo poco a poco su palma, sin que él hiciera nada por resistirse.
Y cuando decidió por fin mirar hacia abajo, buscando la dueña de aquello, halló unos ojos negros, pequeños, que expresaban la empatía de la pequeña, que tan bien le conocía. No en vano lo hacía desde que nació, hacia ya cuatro años.

Compañera de sus silencios, muda testigo de la suerte de quien la engendró, o al menos así lo quiso creer él. Única en todo el mundo capaz de descifrar el lenguaje oculto en cada pliegue y arruga de su rostro. De leer en aquellos ojos cada vez más vagos, que ni siquiera luchaban ya por obligar a sus párpados a abrirse lo suficiente como para que pareciera que el resto del mundo le importaba lo suficiente. Porque, como bien sabía la pequeña, sólo ella era la razón de aquél desgraciado. Su motivo. Por ello intentaría con todas sus fuerzas no defraudarle. Sigue Leyendo...