Sobre la cama un periódico. Ayer estuve dentro de él, pateando las sucias calles de Malasaña y presintiendo el olor a estiercol de lo que jamás vemos. Los negros con sus mantas abiertas al sol proclaman un derecho natural al comercio libre. Nada es más injusto que nacer en medio de la calle y vivir de ella, sin derecho a ser tu propio mercader. La política llama a las puertas del engaño. Arde un mundo que procura consumir y reclama bancos de alimentos de los sobrantes de cada súper, de cada híper, de todos esos comercios con nombre de dinosaurio. Huele a decadencia y desolacion. Bush anuncia un veto a la paz. ¿Cómo permaneces impasibles ante su simiesca carcajada?. Sale de la cárcel pagando diez millones: aquí no pasa nada, se recuperarán con creces. Un silencio de tarde que huele a cierre de cualquier vida prestada. Madrid entona himnos al nacimiento de sus princesas y limpia los culos de los hambrientos de espectáculo televisivo.
Archivo por días: 4 mayo, 2007
Escritos sobre el Escribir
El acto de escribir se genera en un proceso en espejo. Lo escrito forma parte de nuestra fundamentación “ideal”: la materia de los sueños. Somos, en parte, lo que escribimos y el discurso equivale a formulación de imagenes de deseo, relatos de existencias ausentes, filosofias que se conjugan con el ser y la nada. Quizá es un aprendizaje intenso y contínuo del qué somos…del cómo somos. Las grandes novelas de la Historia de la Literatura incluyen inmensos relatos de deseo, son proyecciones de una ralidad que habita el “sueño”. Esc ribir sobre el Escribir nos permite formular una filosofía del “acto”, del momento creador. Generamos contextos literarios en la medida en que la palabra forma parte de nuestro pensamiento, o en su ausencia, es la propia imagen la que intenta reflejarse.
Prisiones metafisicas de Piranesi
Novos Carceri d¨ivenzioni
Baudelaire afirmaba de los Carceri d´invenzioni de Giovanni Battistaa Piranesi, que eran un sueño de piedra. Son sueño d angustias y opresión,psadilla alegórica d la condición del hombre contemporáneo. Las carceles imaginarias de los grabados piranesianos son los terriorios por los que vaga la conciencia errática. Allí una figura humana empequeñecida dentro de gigantescas construcciones aparece suspendida entre grandes escalinatas y corredores sin dirección precisa. Lo más dramático del hombre d Piranesi es q n realidad no se traslada de n punto a otro en ese espacio y no puede salir tampoco hacia ningún exterior. No existe en ese laberinto claustrofóbico ningún punto de salida ni ninguna orden precisa.