Esa noche andaba por los caminitos de aquella pequeña aldea, anclada en un sobresaliente pasado milenario, invariablemente imaginario. Le escoltaban olores portuarios…rastros de la venta de pescado en el mercado de la mañana…lúgubres luces alumbraban las piedras de las casas con grandes portales de madera…carros tirados por jamelgos transitaban el silencio adoquinado y el señor, paseaba a sus perros después de dos jornadas sin cacería…sin zorro.
Archivo por días: 2 junio, 2007
Peldaños
Paredes de papel, ¿qué silencio no escuché?, el paso de las calles, llamadas roncas en el interfono, correo comercial, tránsito de fondo, buzones repletos de propaganda, certificados, recibos y algunas postales lejanas, cartas cerradas al enigma, sorpresa e impaciencia, buenas o malas noticias, accionar un interruptor, sentir la luz de la imaginación a escondidas, o el frío del congelador, bodegón en el frigorífico. Mezclas de aromas de cenas desnudas se contonean en el patio de luces. Suena una cisterna, ronquidos y un siseo. El taconeo en la escalera, una breve sensación en el rellano de indecisión, el metal de las llaves, un encuentro y un portazo.
El derecho a la vida.
Cayeron lamentos de mis ojos agotados por no atisbar llanura en sus quebradas esperanzas.
Cayeron relojes al suelo cansados por el tiempo, que apoderándose de ellos les condenaron a la eternidad.
Y la brisa amainada del ayer soleado, perdiéndose bajo rayos de fuerte tempestad, tiraron de mi hacia abajo para no poderme levantar.
Entre viento y arena.
Apenas podía disipar su imagen entre las hojas levantadas por el viento y arena.
Apenas le veía, pero podía sentir su caminar lento, su caminar suave y queriendo llegar hasta mí.
La fuerza del tiempo me impedía acercarme a él, y mis manos tenían que sostener mis cabellos para no enredarme en un lío de arañas.
Allí estaba él, tal y como esperé, tal y como mis sueños me contaron que llegaría.
Túnez
A veces miles de ojos nos miran desde el malecón norteafricano de Sousse, palmerales, desiertos de arena, de montaña…lagos salados, oasis, dátiles y aceitunas. Ulises en la Isla djerba, fortalezas en las bahías asediadas por el turismo, cafés orientales en Sidi Bou Said, patrimonio histórico, casas blancas, puertas y ventanales azules de Mediterráneo, ahuyentadores de mosquitos y malos espíritus, peces, lunas de sable, estrellas de cinco puntas, oraciones y ciudades santas…henna y bereberes, medinas y zocos concurridos de regateos, motocicletas, autos, bicis y claro los jabibis…chicha cachimba… aromas de jazmín y azahar, mercados de especias en el aire Tunecino, cuscús, shawarma, agua embotellada, Museo del Bardo, Cartago, Coliseo, ruinas y termas romanas. Jaulas y Dromedarios, té a la menta, alcornoques, viñas y olivos, cereales, estepas y playas…3000 años de culturas.
Impresiones pictóricas
A veces caminaba por la gran ciudad adquiriendo matices que quise retratar, por pueblos de montaña o de mar. Claro que no residí en todos los lugares, no fui a las guerras de Vietnam o Irak, no pude fotografiar la hambruna en la India o África negra ni la corrupción de los dirigentes en los países sureños aunque ésta se conozca en cualquier distrito. No viví tornados ni huracanes en Centroamérica, inundaciones en china o Japón, no recorrí los éxodos de los sintecho, de los desheredados de la tierra ni anduve por los campamentos de refugiados o los campos de concentración nazi…más siempre se huele en el ambiente la hipocresía y la miseria interior de los que nos mal llamamos humanos civilizados.
En este gran mundo.
Que poco soy en este gran mundo, que pasos tan pequeños para estos pies que parecen grandes y que dormir tan lento en la rapidez de los días que pasan como aves surcando cielos.
Que mirada tan corta para tanto como hay por ver, para tantas vistas inalcanzables y bordadas al gusto de la vida y que libre para este mundo que todo parece contener entre sus grandes manos.
Que cabellos tan oscuros si los comparas con el sol que nos alumbra, y que labios tan secos para este mar vivo y azul que reina en este minúsculo corazón, pero que gran suerte la mía de pertenecer a él.
Pensamientos blancos.
Hay un mundo que se ve a través de la ventana totalmente diferente al nuestro, ojos que ven un mundo de fantasías reales e irreales, un mundo al alcance de quien quiera, y si la puerta se cierra dejas de oír, de escuchar y el camino se hace recto pero, hay tantos modos de caminar…
En ese mundo, existen formas que aquí jamás las podría haber, hechas para cada capricho de la mente y totalmente rebeldes con la razón.
Puedes andar, saltar, correr y volar sobre barreras frías de la realidad. Allá no hay tiempo, no hay relojes marcando las horas porque el final lo marcas tú.
A ver si nos lo aplicamos….
Estoy haciendo un seminario para exponer el martes en clase,es sobre la etología (ethos:costumbre logía:ciencia que estudia) aplicada a la conservación,y la conclusión que voy a poner me parece que no sólo deberían escucharla mis compañeros de clase…..
“La etología aplicada a la conservación sirve para preservar nuestro mundo y todas las riquezas que hay en él, pues al conocer mejor cómo éste se comporta podremos aprovechar mejor sus recursos sin llegar a agotarlos y destruirlos por completo, intentando así llegar lo más cerca posible a un equilibrio entre la naturaleza y el bienestar social y económico humanos.
Permancencia en ti
No suelo escribir sobre ti,
porque tu presencia me es suficiente.
Los versos imprecisos de un corazón de poeta
decaen al describirte, como una tarde sin rojos arreboles.
En ese ayer, donde las caricias eran luz y las miradas fuego,
el eco de un eterno peregrinar fue la constante.
Hoy un ritmo cansino y duplicado acompaña el recuerdo,
el estado natural de quien se habita y es parte del recuerdo.
La tarde rellena los huecos de toda palabra
y dice tanto con su luz, que el ritmo de las horas cesa.
Sobre la mesa tus frutas preferidas y ese lapicero rojo,
tu creador de magias, es constante.
Dos historias entrelazadas
Lapiceros, tizas y gomas de nata… Plantaciones de cacao, caña de azúcar y oro verde (banana)… el olor a plástico de Pancho Villa y Jerónimo…tránsito por las calles estrechitas de adoquines infectos, blenorrágicos…la madera de los fuertes con soldaditos de plomo, aros y canicas…en la plaza del pescao, Zanba el demonio juega al kou kou djèdjè…ansia por aquel gatito, pez, pájaro, perrito, tortuga… letras quemadas leídas en papel limón con estupefacción…tebeos cambiados el fin de semana en el quiosco de la esquina del barrio…los almacenes con tejados de aguilón de curaçao…recuerdos felices de infancias desgraciadas…permanecen tapiados con un rito sangriento…qué enigma encierra que habiéndola vivido, la olvidamos…en sus puertas coloreadas de ténebre oscuridad…y lo único que persiste es la nostalgia…los aires ventean huracanados…
Te regalo.
Nanmaminam,Nandananan(Canto para encontrarse)
el dia que no salio el sol
Aquel día me despertó el teléfono. Sonaba con aquel tono estridente característico. Me levanté rápidamente y lo cogí. Una voz asustada me va *acavar de despertar.
– Buenos días Mar, soy en Josep. Le quería pedir de hacer una misión.
– Ha! Diga Diga!
– Pues, mire… podría levantar un momento la persiana mas próxima?
respondí con una afirmación insegura y me dirigí hacia la persiana. Al abrirla un escalofrío me va *recorrer todo el cuerpo. No había solo! Todo era oscurooscuro como un *tunel de las tinieblas en llena noche, y los árboles *dansaven suavemente d’una banda a l’otro. Ni un ruido a la calle…
el dia que no salio el sol
Aquell dia em va despertar el telèfon. Sonava amb aquell to estrident característic. Em vaig aixecar ràpidament i el vaig agafar. Una veu espantada em va acavar de despertar.
– Bon dia Mar, sóc en Josep. Li volia demanar de fer una missió.
– Ha! Digui Digui!
– Doncs, miri… podria aixecar un moment la persiana mes propera?
Vaig respondre amb una afirmació insegura i em vaig dirigir cap a la persiana. Al obrir-la un calfred em va recorrer tot el cos. No hi havia sol! Tot era fosc com un tunel de les tenebres en plena nit, i els arbres dansaven suaument d’una banda a l’altre. Ni un soroll al carrer… Vaig tornar al teléfon i ell em va afirmar el que havia vist, i tot seguit em va encomanar la meva missó com a detectiu.