Inhabitado

Por los resquicios de una cáscara envuelta en papeles de ciruela,
viajaba una copa vacía, que simulaba resquebrajarse, mientras
se dejaba llevar por las gotas de aquel mar, que era el mar muerto.
La noche no le devolvía más que el eco de sus propias palabras, teñidas por la herrumbre del confesionario angelical; que en sus sueños simulaba ser un palco con cimientos inexistentes.
Había invertido en palabras más de un siglo de desilusión, bordeado por un dulce fuego que no quemaba más que el contorno de sus tibias manos, y de aquellos universos que mañana tocarían su puerta sin razón alguna.
El futuro ya formaba parte de su pasado, tejiendo una nube de exquisitos relámpagos, que invitaban a la soledad a compartir el llanto. Sigue Leyendo...

Lejana

La expresión callada de tus sombras
en donde duermen mis silencios negros
envuelve a mis lúgubres pesares
y me trae en su viaje impreciso.

Hacia tu floresta, mi dulce oscura
en donde se pierden las almas,
voy cada vez en busca de mis exilios
y a romper mis alas en su pecho;

Con tu respiro tibio y tus besos de fuego
las palabras permanecen oscuras
y ocultan el frágil corazón de la vida
en sus pequeñas manos.

Verbena morirá

En algún momento debemos creer en algo.
Aunque quizá no del todo, o sólo un poco.
Aunque parpadiemos frente a las mentiras, frente a los supuestos, frente al fluctuante verso que encierra la verdad.
Aunque no entendamos por qué nos lleva tan lejos, el estar empecinados con remotas reminiscencias cargadas de nada. Que probablemente no existan -¿que probablemente no existan?- .
Aunque no entendamos por qué buscamos esa respuesta; aunque nunca empecemos por la pregunta.
¡Cuánto tiene de maravilloso creer en algo que sólo nos da interrogantes! que nos otorga la inmensidad del vacío para sentirnos libres, desmigajados, violetas. Sigue Leyendo...

TIC–TAC

Prisionero en un reloj
ha quedado mi amor.
Tic- tac. Tic.tac
el tiempo ha terminado.
Besos guardados
caricias no dadas
arañan cruelmente el cristal
buscando salida.
Tic-tac. Tic-tac
No es el segundero lo que escuchas
es mi corazón
que palpita a toda prisa.