Después… mañana.

Después de abismarnos en el diario discurso analógico de la vida nos encontramos en el vacío, pero ya es otro nuevo vacío. Nada más cerrar la página de las 24 horas del hoy nos surge la vigencia de volver a vivir las 24 horas del mañana. Hemos dejado el paginador marcando la página “milypico” de nosotros y ya sentimos la necesidad de reabrirlo para escribir la “milypicomásuno” de nuestra historia personal. Regresamos así al sueño eterno de la noche, contándonos antes de dormir la exploración de nuestro propio abismo en este nuestro oficio de supervivientes; y lo hacemos con un registro diferente cada vez que nos disponemos a vivir las 24 horas del mañana tan diferentes a las 24 horas del hoy. Sigue Leyendo...

¿La dictadura del cereal?

Seguramente no estaré complétamente informado y lo que escribo carezca de rigor, pero a mi me afecta tal como lo entiendo.

Suben los precios de la comida, está en boca de la sociedad. El pan, diez céntimos más.
Se continúa ordeñando a las vacas sin parar, pero la leche se encarece; la alimentación de los animalitos también es más cara.
Las gallinitas no están más gordas, siguen comiendo lo mismo pero los huevos subieron de precio. ¿Acaso se volvieron sibaritas?
Las patatas también subieron, ¿será el precio del suelo?
La gasolina seguirá con subidas de precio. Sigue Leyendo...

Ovni (Pequeñas Notas de mi Barrio – 6)

Que alguien lo explique. Hoy dicen algunos que han visto un ovni sobre los tejados de las últimas casas del barrio, aquellas que están junto al descampado donde los municipales andan siempre en medio del batiburillo del papeleo oficialista. Pues sí, dicen que han visto un ovni y que deben ser extraterrestres analizando nuestras sensaciones para obligarnos a sacar el lado bondadoso de nuestras almas y redimirnos de algún pecado mortal. ¿De qué pecado mortal hablan estos extraterrestre?. El único gran pecador de nuestro barrio es Don Julián que fuma demasiados habanos junto a la farola del Bar Paquito. Quizás sea por eso por lo que dicen los que han visto al ovni que tenía forma de nube con figura cilíndirica a manera de puro habano. Sigue Leyendo...

Humo del asfalto

Callejones sin escapatoria, ríos y mares contaminados, sentidos que acechan la noche…hienas y buitres carroñeros husmeando la sangre derramada…las alteraciones genéticas, orgánicas, y radioactivas se propagaron por el sistema …durante períodos – no conocemos calendarios, solo referencias por libros y objetos resucitados de aquella cosecha- todo fue cambiando de manera progresiva, hoy no existen estados, gobiernos…la jerarquía es la anarquía, cada cual enjuicia sus criterios y como perros hambrientos buscamos alimento entre las ruinas de fábricas y mega mercados, inmunes al monóxido de carbono a los rayos infrarrojos, ultravioleta, al deshielo y calentamiento del planeta. Nos protegemos con telas y metales y utilizamos armas que creamos con nuestras propias manos… Sigue Leyendo...

La Resistencia / Sábato I

Había empezado a leer La Resistencia, allá por los tiempos de la cancha, el pescado y la hora violeta. Ninguna idea podría caber dentro de mis pensamientos que no tuviera padre: mi mismidad. Habíamos sido tantos, y tantos ningunos. Atónito frente a los gritos de la realidad, un niño contestaba sin palabras y pedía sin ofrecer. Ofreciendo.

Seguí pensando, sin pensar.

Estrellitas (Pequéñas Notas de mi Barrio – 5)

Con sus camisetas canariñas dando cuenta al dia de una jornada decisiva o simple y llanamente “cantosa”, las estrellitas del barrio suspiran por suceder a la Charlize Tharon interpretando un papel de modelo “playboyano”. Las estrellitas del barrio toman té con limón para aliviar su propia resurrección temprana. Las estrelitas del barrio vienen y van cuando y porque quieren y están buscando vida humana con un vaso de té con limón entre sus manos, Hoy el barrio huele a jazmines de algún secreto enamoramiento singular. Alguien mira con sus prismáticos a las celestes estrellitas del barrio. Sigue Leyendo...

Gunnarsson (Pequeñas Notas de mi Barrio – 4)

Se ve siempre primero su gorrita azul con la leyenda Orebro de su ciudad natal. Y luego se ven sus sandalias de cuero marrón. Seguro que ninguno de nosotros ha pedido jamás chubasqueros a un saharaui… pero no me extrañaría nada que Gunnarsson sí lo haya hecho, porque lleva siempre un chubasquero diferente para cada mes lluvioso del año. Gunnarsson es paradigma de los tipos que han nacido con estrella y por eso siempre lo recordamos con su sonrisa infantil desde que hace años vino para pasar un verano. Vino parapasar un verano, se enamoró de nuestras cornisas descacarilladas y llamó a su Lisbeth para quedarse para siempre con nosotros. A él habrá que reservarle sistemáticamente siempre la condición de superlativo. Pocas veces se ha visto a un hombre tan superdotado en lo intelectual en las divisones inferiores de la City. Y él sonríe enamorado, sin embargo, de los frescos geranios de nuestras primaveras y las finas lluvias caladoras de nuestros otoños. Chubasqueros saharauis… !qué ocurrencia!. Sigue Leyendo...

acaso no es maravilloso

no es maravilloso el echo de pensar que todo pasa igual,
y que segun tu, tu haces la diferencia;…………..
no es maravilloso creer a jugar a divertirnos soñando con lo mismo todos los dias,
acaso no es lo mismos casarse a estar jodido de por vida?……………
no es lo que importa, si no el significado para ti,
por que la mierda es igual, solo que de diferente color,

no se, disfrutar o degustar

es sorprendente vivir sin pensar en el mañana,
sin pensar en la pocicion del sol que ataca sin remordimiento,
Ni pensar en el sida que ataca sin pensar,
Y mucho menor por el cancer, que te da solo por gripa,
es inexplicable esa sensacion de “NO ME IMPORTA NADA”
Solo vivo segun me dice el mundo,
es ese escalofrio de miedo al momento, lo que me deja ver dentro de mi,
ese panorama rraro de mis dias,
no es curioso ver a alguien con un pantalon oscuro,
una camisa roja y unos comver, caminando,
comiendo pan sin pensar en la maldad del mundo, Sigue Leyendo...

Solo de mañana

hoy sali, lei el periodico matutino,
muertes, asesinos y violaciones,
me perdi de repente en esa melancolica onda que ataca a la madrugada
y me envolvi en ese papel silueta que refleja a la muerte segun la pocición del sol,
no se, de repente pense, en estos momentos de soledad,
que seria mejor, si un cafe o un pan para las palomas,
y resolvi que prefiero el pan, no por que no quisiera cafe,
si no, para que almenos alguna vez, dentro de mi,
sintiera esa tristeza, de preocuparme de los demas,
cuando nadie se preocupa de mi.

Teléfono 11811 (sacado del diario Qué! de Murcia)

– Buenos días ¿me podría dar el teléfono de la Señora María?.
– Me tiene que decir los apellidos porque como María me aparecen muchas abonadas.
– !Tiene que salir, hombre!. Si vive en la calle donde está el Ayuntamiento, la Señora María, si todo el mundo la conoce!.

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– Por favor… ¿me podría dar el teléfono de una persona que no tiene teléfono?.

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Hipotecas a interés variable

Cuando se está en paro, a veces, el organismo no responde.
El equipo médico había diagnosticado apatía crónica, por lo que ya hace tiempo que sabía del riesgo en el cual se encontraba.
Tratando de hacer una vida normal llenaba el tiempo de ocio con algunos trabajos sin recompensa y había descuidado su higiene personal por miedo a tener demasiadas rutinas, pero sin darse cuenta había caído en multitud de ellas.
Así pasaron varios años hasta que un día se dejó caer por un barranco.
Su organismo no respondió ni antes, ni después; pero sí durante la caída.
Mala suerte. Sigue Leyendo...

La Vela Durmiente

Tendré que airear esta estancia, el polvo empieza a no dejarme respirar. Es enorme la congestión que existe en un lugar como este cuando pasa tanto tiempo con las ventanas cerradas. Si hubiera luz ni siquiera podría ver mis manos.
¿Cómo se hacía? No recuerdo como se hacía. Recuerdo que sabía pero no sé recordarlo.
Puedo concentrarme cuanto quiera en este vacío y tratar de liberar el aire de su peso, pero creo que sería difícil hacerlo.
¿Qué estaré haciendo?
Quizás es solo incomodidad lo que siento en este sueño, un estado de no querer estar pero no poder dejar de hacerlo. No es incomodidad lo que siento en el sueño, es el sentimiento de soñar lo que no aguanto, estar soñando y creer que estoy viviendo. Sigue Leyendo...

BB

Sonaba con vehemencia la alarma del móvil cuando el chupe cayó al suelo y un dedito rechoncho apretó la tecla. Era la hora de merendar.
Cada tarde, este momento llenaba de ánimo los gestos descoordinados de aquel rostro.
Llorando y a gatas fue hacia la mesilla para servirse una copita de whisky.