Dime que hacer con la tristeza que he visto reinar en tus ojos…
Dime que hago con el silencio que va infectando dia con dia tu corazon…
Cuando encontremos un camino y algunas de nuestras esferas se hayan roto con los años:
Veremos limpias las heridas,
Veremos como el sufrimiento ha terminado
Tan solo quedaran las cicatrices que nos ensenan a vivir sin suentros suenos
Tan solo quedaran nesesidades,
Las que nos han sumergido en nuestra realidad
Todas las chicas del arrabal se van con los chicos al cine, a comer pipas con sal, escupir desde el “gallinero” a los de abajo y meter mano los unos con las otras. Y los chicos y chicas del arrabal dicen que Marcelo, además de tonto es raro -“!marica no más señá Obdulia… marica no más!”- porque no le gusta ir al cine a escupir a los de abajo y tocar tetas…
También le llaman marica porque cuando el resto de los chicos del arrabal coleccionan cromos de futbolistas y de El puente sobre el río Kwai, él se compra los de Peter Pan… y mientras el resto de los chicos del arrabal se pelean entre sí por defender a Distéfano o a Kubala él !sueña que te sueña con unas alas verdes!. Sigue Leyendo...
“A los amigos de partidas de cartas y de futbolín por las tardes felizmente hurtadas al estudio”
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Le llaman tonto porque anda siempre despacio (soñado por un “no sé qué habrá sucedido con éste guacho”) y con las manos dentro de los bolsillos del pantalón. Le llaman tonto porque lleva en el interior de su casaca “montonera” (no de insurgencia querrillera precisamente sino más bien de “montón de deslustres y lamparones”) un poema. Pero él anda lento y cabizbajo (“!Ten cuidado Marcelo que se te va el santo al cielo!”) porque siente miedo de dañar a las piedras del camino. De hacerlas daño mientras pasea recordando el verso que culmina con un “Veréis lucir tras la tormenta oscura, un rayo de esperanza y de ventura”.
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Inquietud. Con mi traje de baños de luna, en la orilla de un mar de algas enajenadas por la luz y con el viento rozando apenas los dedos de una mano que busca acariciar a las estrellas, me dejo llevar por el infinito afán de la existencia y entonces vivo dentro de una concha nacarada. !Qué suave es estar así por la mañana… con el momento entregado al sueño de mi noche interior!.
Fuente de Ideas. Vida profunda.
Se funde en el sinfín del pensamiento
este arduo pasatiempo
de ser.
Al parecer
no hay barca que se hunda
al amanecer.
Todos nacemos al acontecimiento
del crecer.
Va a nacer Isaac. Isaac es el hijo que lleva dentro de su vientre Larisa. Larisa es ucraniana. Larisa es una madre soltera. Larisa forma parte de la ONG que dirige Liliana. El padre de Isaac es desconocido. Hemos llegado al acuerdo de que yo sea padrino de Isaac. Soy padre de dos niñas y ahora voy a ser padrino de un varón. Y me comprometo, a partir de ahora mismo, a formar parte del engranaje educativo de Isaac. Quiero que Isaac aprenda a ser libre. Que sea tan libre como lo son Leslie y Carla. Que cuando Isaac aprenda a leer y a escribir y a saber lo que es la vida, le diga sí a ésta lo mismo que ahora, y a pesar de todo lo sucedido, su madre ha dicho sí a la vida en nombre de él. Que cuando Isaac aprenda a leer y a escribir y a saber lo que es la vida, diga de su padrino que simplemente es un voremio. Y que esa simple palabra (voremio) lo comprenda a todo él y que él lo comprenda todo con esa simple palabra. Voremio. Sigue Leyendo...
La maravillosa última palabra tardaba en surgir. Era un guión continuo de sorprendentes propuestas iniciáticas. Uno tras otro, en cascada torrencial , se agolpaban jolgóricamente (con sus brillantes presentaciones) los más célebres oradores que se dirigían al público con la inagotable apuesta sensorial de ocupar lo más alto del podio dialéctico. Pero ninguno de ellos obtenía el ansiado y definitivo galardón de alcanzar el triunfo descubriendo la última palabra.
Entrenados para una larga duración de la memoria, se llenaban de palabras hermosas y retumbantes con el súbito retorno del oleaje de sus sinfonías. Eran hombres canoros. Todos ellos cantaban sus sonoras oratorias como entonando una larga composición sinfónica envolvente en el repaso requerido de sus duelos interpretativos. Sigue Leyendo...
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