Desperté otra mañana entre pastillas de colores y el azucar en mi boca nunca se había derretido tan lentamente.
Sigo viendo las mismas luces y viajando entre los mismos pasillos, pero algo ha cambiado. ¿Seré yo? Creo que no, nunca cambié y nunca cambiaré, porque nunca dejé de hacerlo. Será la Madrid, tal vez.
La ciudad cambia cuando en vez de verla por la noche con cervezas en las manos la ves a través de los ojos de los niños y niñas que encerrados en los colegios creen estar en un campamento de verano.
Archivo por días: 17 julio, 2008
razones
Inalcanzable
Quedó la flor en tus labios
Volveré, pequeño lugar de mis múltiples nacimientos.
Y te dirán los realistas no soñadores que te he olvidado atraído por el canto de las sirenas, los misterios de los duendes y las sonrisas de las magas hechiceras de los mundos ajenos a ti… tragado por el viento de las aventuras. Pero no. No será nunca eso verdad… y me verás volver, una vez más, con mi mochila a cuestas como niño necesitado del amor. Sí. Volveré, pequeño lugar de mis múltiples nacimientos, porque tengo grabados a fuego perpetuo todos tus estigmas en mis ojos con mirada y en mi corazón con palpitares.
Es verdad que he experimentado muchas vivencias muy lejos muy lejos de ti… pero hay algo tan profundo en tu manera de existir y en tu manera de cobijarme por las ensoñaciones nocturnales que necesito siempre (cuanto más lejos te tengo más dentro de mí te llevo) ese beso amoroso y maternal con que cubres todas mis ansiedades.
LA TRISTEZA VIAJA EN METRO
Bajaron desganados las escaleras, primero la natural, después la mecánica. Arrastraban una maletita cansada, un ancla que les sujetaba a la ciudad portuaria de la que querían huir. Dos billetes sencillos, los últimos, no había razón para más, sin fuerzas para saltar por encima del torno. Abajo esperaba la estación húmeda, los bancos sucios, los letreros que mienten a la espera. Línea 3.
Se sentaron el uno junto al otro, en silencio, los ojos ocultos tras las gafas de sol, inútiles en el reino de la penumbra. Reprimidas las ganas de llorar, se hacen fuertes para no derrumbarse.
IMAGINACIÓN ATRAPADA (VIII)
Mientras comían, comentaron su expedición al resto de la pandilla, sin omitir detalles del sueño de Nando. Los tres: Javier, Andrés y Nazario se mostraron entusiasmados. Quedaron en ir al día siguiente.
En el recreo de la tarde, Miquel y Nando, se dedicaban a investigar la vivienda de las hormigas, para ello agrandaron el pequeño agujero descubriendo un largo pasillo, recorriéndolo en canal con el dedo, les pareció interesante la construcción, a un lado y a otro, ocupadas habitaciones de grano y migas de pan, cuando terminaba el pasillo otro agujero llevaba hasta el sótano.
-Mira qué curioso, seguro que ahí duermen, juegan y comen.
-Lo recogen en verano para todo el invierno, ¡qué inteligentes!
Dejaron de martirizar el hormiguero, sintiéndose culpables: estaban destrozando un hogar, les asaltó el remordimiento. A ellos, los adultos les destrozaron el suyo. Miquel lloró al recordar las ruinas, el fuego, las mujeres y niños medio desnudos en las calles…Nando le miró a los ojos: