Soy el enigma que llevo dentro

Soy el enigma que llevo dentro
del sueño recordado en el espacio
y la paz me inunda siempre despacio
en las horas del silencioso espectro.

En las nubes de cristal está contento
el ángel de risa y el cabello lacio
con un haz de fulgores como prefacio
de todo el interior que se escapa lento.

Vida en azul.

Perdida mi sombra en la balsa,
olvidada en el océano añil,
contrasta el azul del cielo,
con el indigo azul del agua,
mis sentidos están exhaustos,
hundidos en la zozobra final,
del pensamiento furtivo,
del abandono total en vida,
a una muerte miserable.

Sueño en verde.

Perdido en la espesura del bosque,
el obsceno viejo lobo verde,
espera cruel la llegada pronta,
de la joven inocente Caperucita,
la lujuria obscena del lobo salido,
surgido de los fondos del averno,
pone un tono picante a la escena,
la pornografia se siente en la fronda,
estamos inmersos en el sotobosque,
erótico del doble sentir del follaje,
el del verdor y el del adorno superfluo,
que me llevan a pintar este verdinegro,
paisaje lascivo en la arbolada fronda.

Corazón de cristal

Corazón de cristal, no te deprimas
que ahí viene el amor, cantando el brugo,
devorando penas; de dulce jugo
llenará tu boca aquel quien amas.

Corazón de cristal, dama entre damas,
calma, no probarás del trago amargo
ni más sentirás el crudo letargo,
y por fin verás que no en vano clamas.