No podía creerlo. No podía creer que tenías leucemia.
Asi que para salir de dudas, llamé a tu mamá… quien al escuchar mi voz, rompió en llantos.
No puedo dejar de recordar todos los momentos que vivimos juntos. Las carreras bajo la lluvia de Valdivia; cuando entraste a ese restaurant a buscarme; o ese helado en el puente Calle-Calle… los paseos por los jardines de la que ahora es mi universidad… tantas cosas que, a pesar de que han pasado más de 2 años y nuestra relación fue corta, nunca han sido borrados por el tiempo ni por la distancia. Sigue Leyendo...
Hay un recuerdo lejano y casi borrado
que parece una gota, agua sobre agua.
Hay una espina que encaja, puzzle sobre puzzle,
en las alas de mi espalda.
Y he reído sobre el llanto,
cambié risas por lágrimas.
Hay una espina que encaja…
y no sé como quitarla.
Hoy dime que me quede a tu lado
Hoy dime que no te olvide nunca,
Dime todas aquellas cosas que
Siempre me has querido decir.
Hoy estoy aquí esperando escucharte
Sonreír por todas las cosas tan vanas,
Todas las cosas tan importantes,
Que nos unen en un recuerdo importante.
Portal Literario Independiente