Te extraño, extraño.

Era mentira.
Sí, otra más, como cuando te dije que no te mentía.
Fuí porque sentía una irremediable necesidad de verte.
Como la que tengo ahora, sólo que entonces todavía se me permitía el lujo de poder satisfacerla.
Sí, otra vez. Siempre es lo mismo porque es lo único que fué. Echo de menos lo único que puedo echar de menos.
No puedo hacerme la fuerte y sobreponerme diciéndote que no vuelvas porque nunca quisiste hacerlo. Y tampoco puedo resignarme a que te vayas si nunca llegaste a estar.

Atrapada

Al amanecer tengo tus besos, tus caricias,
tus palabras empujan mi pasión por ti,
eres el verbo que llega tiñendo de flores mi cielo.

Respiras,
susurras,
late tu corazón.

Deseos desinhibidos
esperando habitar en mi cuerpo,
vistiéndolo de estrellas.