De seguir por el camino
sin ver nuestros pasos,
llegaremos a la piedra
que nos hara reventar,
de caídos viejos.
O tal vez
nunca tropecemos.
O también,
nunca aprendamos
porque seguimos cayendo.
Igual y ni siquiera andamos:
estamos en la tierra,
revolcándo neuralgias…
Archivo por días: 20 enero, 2011
El jardín encantado
Uno de los dos movimientos de que se compone “Ma mère l’oise”, de Maurice Ravel, se llama “El jardín encantado”. Es una música relajante y descriptiva de un lugar libre de presiones y de negatividad.
Ojalá hubiera (y pudiéramos encontrarlo) un jardín encantado en el cual penetrar para recuperar las ilusiones perdidas, recoger las palabras que dijimos a destiempo, reanudar los lazos con los amigos perdidos, liberarnos de nuestras pesadas cargas, olvidar los agravios que nos hicieron y hacernos perdonar por los que cometimos…