Mientras aquel brusco y distante padre desayunaba sobre la mesa, de la habitación salía su hijo adolescente, en lugar de dar los buenos días dijo: “Padre, yo de mayor quiero ser científico”.
El padre de la criatura respondió: “¡Estás loco!”
De inmediato añadió en tono desafiante: “¡Que harás!”
El chico, desacreditado por su padre, replicó: “¡Pues seré un Científico Loco!”