Mientras aquel brusco y distante padre desayunaba sobre la mesa, de la habitación salía su hijo adolescente, en lugar de dar los buenos días dijo: “Padre, yo de mayor quiero ser científico”.
El padre de la criatura respondió: “¡Estás loco!”
De inmediato añadió en tono desafiante: “¡Que harás!”
El chico, desacreditado por su padre, replicó: “¡Pues seré un Científico Loco!”
Y su padre continuaba en su actitud y volvió a decir: “¡Y que harás!”
El chico se mostraba contrariado por la actitud de su padre, y con la misma seguridad que mostraba su padre, respondió: “¡Primero construiré una escalera muy larga! ¡Luego cogeré un planeta y lo introduciré en un tubito de cristal y construiré un termómetro! ¡Luego cuando estés distraído te lo pondré debajo de la lengua para averiguar porqué me tratas así!”
Y aquel hombre brusco e insensible, reafirmado en su actitud, sentenció otra vez a su hijo:
“¡Tu estás loco!”
Muy interesante texto! Saludos, Emme
Bien Volkievers. Ahora has escrito un relato con tu gran arte, que hace pensar mucho. Un saludo cordial.