Quizás ese agujerito negro sea esa parte esencial que a todos nos arrancaron algún día en la vida… pero luego el tiempo lo convirtió en flor.. Quizas tuvimos que sufrir la soledad. Quizás tuvimos que saber cuál era el verdadero llanto de nuestro corazón. Quizás nos rasgaron el alma con un cuchillo de sentimientos salvajes. Quizás tuvimos que volvernos rebeldes para poder soportar. Quizás ese agujerito negro sea hoy una flor blanca, llena de paz, ternura y amor, que hizo que nuestro agujerito negro, al que tanto agredieron sin compasión, ahora está sintiendo compasión de quienes le hicieron sangrar llantos de dolor. Quizás mañana hasta se nos haya convertido en un verdadero jardín lleno de granados y granadillas dulces para nuestro tiempo recuperado. Seguro que sí. Pero si quieren participar de la fiesta que nos dejen en la paz, en la ternura y en el amor y se alejen al otro lado del camino. Que caminen… sí… pero lejos de nosotros.
Archivo por días: 17 mayo, 2011
AMANTE
Soy amante de la noche, de la luna y de la luz que nos regala. Amante de un amor a escondidas y de los secretos que nadie sabe. Soy amante del café con un cigarro, de la soledad parcial y la felicidad momentánea. Del sonido de tu voz susurrando en mi oído, del frio acariciando mi cuerpo y de un beso tuyo en mi frente.
Soy amante de la escritura, de la filosofía y del engaño que se produce con el fin de evitar un sufrimiento. De mi tierra y de mis tradiciones. Del olor de mi casa, de los besos de mi madre y las risas de mi padre. Soy amante del conocimiento subjetivo y constructivo, del viajar a un lugar desconocido y compartir miradas con alguien ajeno.
RE: Conversación 1890
a flama que tiene el don de…
– ¿Será que han dado la alarma?
– No, es el ruido de mi encéfalo.
– Parece usted una persona razonable, debiera considerar la comisión de algún delito.
– ¿Le parece? ¿Cómo cuál?
– Cortarse la cabeza y entregar su cerebro a la ciencia.
– Definitivamente una forma de inmortalidad.
Alba o nunca.
Yo abriré mis ojos en el alba del mañana o nunca más volveré a ser un yo en esta periferia de mis ojos. Como un aliento vivo he de seguir existiendo en las ondas solícitas del vivir o me habré hundido en la esponjosa nube de la inmateria. La verdad de mi cuerpo será, una vez más, el presente de mi pretérito imperfecto o se habrá perfeccionado ya del todo el pasajero vaivén de mi presencia.
Por eso hoy os digo, alba o nunca, que ahora estoy latiendo en el instante efímero de este sueño hasta que despierte, en alguna ocasión, sumido en el inconsciente mundo de lo etéreo.
Ella cierra los ojos… (reedición).
Ella cierra los ojos y deja sus labios entreabiertos. Mis dedos, ya sin temor alguno, juegan a ser pinceles a lo largo de su cuerpo. Después me entretengo en dibujar en su bello rostro figuras que van tomando vida como movidas por el soplo de Dios: una sirenita azulada, un barco de vela de color añil, una luna negra, estrellas multicolores, dos gaviotas blancas como la luz del alborear, un corazón del color trigueño del maíz… Se oye la lejana voz del viento.