galicia

Paseado por la playa.
Las olas traen piedrecitas sueltas, chocando con mis pies como traviesas avezuelas.
Por cierto:
Tengo una gorriona (las hembras tienen el pelaje liso mientras que los machos tienen una mancha negra en el pecho)
Volviendo a mi gorriona, siempre viene a desayunar conmigo, con el café en el “hostal las palomas”, te ponen una pastita. Yo se la desmigo y la gorriona patinando por la mesa, se llena el pico con su nutrido manjar.
Sé que tiene retoños a los que alimentar, pues los oigo.

Sarcófago de metal

Ayer te vi.
Nos internamos en el bosque de gigantescos pinos. Las luces de colores diseminadas por los senderos se balanceaban suavemente en la brisa de la tarde. Encendí un cigarrillo y volvimos sobre nuestros pasos.
El ritmo de nuestra marcha se oía más fuerte a medida que nos acercábamos al lago por el crujir de las ramas. A través de la espesura alcancé a ver los primeros destellos del agua. La placidez reinaba y mirábamos plenos, cómo se mecían las olas cautivantes, presentando un aspecto asombroso bajo los fogonazos de las luces de la tarde. Seguimos el sendero abriéndonos paso entre el follaje y finalmente llegamos. Sigue Leyendo...