La Costera va por Alhama.

Cae el sol, entre las sombras, por la Sierra de Carrascoy mientras La Costera pasea su cuerpo por entre las ramblas altas de Celada y Los Molinos, por entre las “ramblillas” de la Sierra de la Muela; entre parrales de uvas de mesa, entre huertos de naranjos y limoneros y se pierde por entre los pinos cuando ya la luna comienza a latir en los espacios celestes donde una bandada de palomas cruza Los Ventorrillos y La Cabila. En el Teleclub los hombres bebem cerveza, fuman los últimos cigarrillos del atardecer y observan la película del televisor donde la mujer vestida de rojo lucha por escapar de las manos ansiosas del villano malhechor que la quiere alcanzar. Todos imaginan que es la mismísima Costera… Sigue Leyendo...

EL RELLENO DE LA GARCHA

En cuanto la vi supe que algo contenía. Toda esa forma no podía ser sólo un hueco, un relleno de nada, algo debía de contener.

Decidido la tomé entre mis manos y la acerqué a mi nariz. Pude percibir cierto olor a usado, pero no más que eso. Quizás también olía un poco a tela sucia, si, yo creo que sí.

La apretujé un poco entre el dedo pulgar y el índice y ella cedió a la presión, ugg, hubiera dicho si pudiera hablar, ugg, a la altura del estómago, más o menos por la mitad del cuerpo.

Haced algo, por favor

A todos aquellos de la familia que estáis ya al otro lado: ya sabéis que está sufriendo mucho, que a su avanzadísima edad han tenido que ponerle urgentemente un marcapasos porque si no se hubiera marchado con vosotros. Durante la intervención, como recordareis, tuvo una parada cardiaca que duró cuatro minutos, y fue reanimada. Posteriormente, ya en la habitación a media tarde, volvió a tener otro paro cardiaco y volvieron a reanimarla.

Si ese día se hubiese quedado en casa sola en lugar de ir al centro de mayores, se hubiera ido sin más sufrimiento. Ahora está arrepentida de haberse animado a ir a pesar de estar mareada. Le dice a sus hijas que si se hubiera quedado, no habría hecho falta todo este trajín. Sigue Leyendo...