Hace tiempo aprendí que esos “para siempre” nunca son tan largos y esos “nunca más” nunca se cumplen. Aprendí que cuando te paras a pensar si quieres a alguien, es que has dejado de quererle para siempre. Aprendí que sin amor no se puede ser feliz, pero con él tampoco. Aprendí que no hay nada mejor que la distancia para olvidar para siempre a alguien, y que en el amor una persona es capaz de remplazar a otra. Aprendí que los besos que se sienten en el corazón, se graban en la mente. Aprendí que la gente entra y sale de tu vida continuamente pero que pocos dejan huella en ella. Aprendí que quiero un corazón de hielo, y que se funda en el momento que sienta algo por ti. Aprendí que todo el tiempo que pasé contigo fue tiempo perdido, nunca ganado.
Archivo por días: 29 diciembre, 2011
Malvada Locura 2 (segundo relato de la serie Malvada Locura)
Malvada locura-2
Segundo relato de la serie Malvada Locura.
Título: Malvada locura-2 (segundo relato de la serie malvada locura)
Autor: Vicent Cavalo
E-mail: vicentcavalo@gmx.es
Me despierto con el cuerpo tenso, tiritando, cubierto de sudor sin saber muy bien donde estoy. Cada noche la misma pesadilla, acosándome como una maldición y cuando despierto: ese dolor. Un dolor venido de las vértebras que me hiela por dentro. Sentado en la cama enciendo un cigarro. Tres, cuatro, cinco caladas desesperadas se suceden una tras otra. Abro aún más los ojos en la oscuridad para asegurarme que él no está ahí, a mi lado, en silencio, observándome.
Olores, sonidos, sabores…
Es increible como las sensaciones vividas te ponen en un punto exacto de tu vida, rebobinando la cinta de tu película hasta un instante puntual. Hay un olor exacto que cuando lo percibo en la calle, en el autobus, en cualquier lado; me trae el nombre de María y me conduce a ese tiempo en el que con la vajilla por lavar, me encausaba al amor de juventud, al primero, al inolvidable. Ese nombre también tiene dos canciones que se archivan en ese banco de mi mente.
Hay otro que no distingo tan bien, pero que rara vez que ha regresado a mi nariz, me recuerda cuando con dos años más que el tiempo antes mentado, me arreglaba frente a un espejo y me preparaba para ir a ver a Andréa; con gomina en el pelo y mucha agua para bajar el volumen de mis crespos cabellos.
A ti…
Busco una señal que me diga donde estas,
cada día le pregunto a Dios como llegar,
el destino se empeñó en separarnos sin más,
pero estoy convencida, quiero volverte a encontrar.
Sigo los pasos uno a uno, sigo esa voz en el viento,
todos me dicen que no es momento, ni el lugar,
pero pregunto nuevamente cuanto tengo que esperar
para poder estar contigo una vez más.
Me dicen que tal vez en esta vida no va a ser,
No creo en la reencarnación pero si fuese cierto,
se sinceramente que me gustaría volverte a encontrar
para poder perderme en tu abrazo por la eternidad.
Test de Personalidad (para psicólogos, psiquiatras y paracas)
¿En qué lugares concretos de mis múltiples mundos canté yo?.
1.- “Que te ha pillao que te ha pillao el carrito del helao”.
2.- “No te arrimes a la pared que te vas a manchar de cal”
3.- “Venimos de casa de Don Antón y no nos quieren paga porque hemos roto el botijo”.
4.- “En qué lugar se enamoró de mí”.
5.- “A las barricadas a las barricadas”
6.- “Volverán volverán las oscuras golondrinas”
7.- “De los arenales vengo a los arenales voy”
8.- “Cogiditos de la mano se les ve por el jardín”
9.- “Con la zapatilla por detrás tris tras”
Mucho antes del dolor…
Mucho antes del dolor la vieja Estación de Atocha era una entrañable estancia para los cansados y sudorosos viajeros que bajaban de un mercancías o subían a un expreso. Las paredes, de ladrillo rojo bermejo ennegrecido por el hollín, parecían salidas de una antigua mansión o de un caserío castellano, de esos de los de antaños caminares en donde los sillares parecían gemir de nostalgias. Y estaba el redondo reloj colgante, amplio, grandote, generoso, con su esfera acristalada amamantando a unas agujas que llamaban la atención de todos los viandantes.