Siempre he pensado que para escribir, se debe tener la facultad de ser observador, de tener corazón. Se debe sentir de cerca el lado humano y sufrir de cerca las penurias que deja la guerra. Para escribir, es necesario interesarse en entender que somos carne, carne débil llena de sentimientos que mueven nuestros músculos. Para escribir tenemos que transformarnos con el lápiz en alguien mas y ponernos en su calzado. Un abrazo!…
Hiedra
Me levanto de mi cama con mis cabellos asemejando la mítica medusa. Salgo de mi hibernación y voy al sanitario. A través del pasillo observé neblina y lluvia de visita.
Debo cumplir, me digo a mi misma, salir a trabajar. En el sanitario, bajo mi pijama y tomo asiento a pensar en lo detestable de mi trabajo y mi jefe. Al sentarme, la furia entra en mí, a la misma vez que un extraño líquido en la taza del inodoro, entra en contacto con mis muslos delgados. Asqueada y con repugnancia tomo higiénico y me seco, maldiciendo al hombre desconsiderado.
Indispuesta a las próximas 24 horas, decido no ducharme, la hora del reloj no quiso favorecerme, mis colochos indomables tendrán que aguantar, aunque al verlos en el espejo, parece que cobran vida propia no me importa. Que aguanten para después. Salgo descalza del baño, las puntas de mis dedos están rosadas. Sé que hace frío, mi piel se contrae y siento mis pezones dibujarse encima de la blusa. Al volver a mi cuarto, deseé por un instante seguir inmersa en mis cálidas sábanas. Pero no, suprimí el deseo ante tan leve tentación. De todas formas el deseo, al igual que la pasión ya no daban mayor participación en mi vida. Ese día gris, era mi vida.
A ese punto la cotidianidad se había encarnado a mi como la hiedra a la pared, y yo me aferré, a continuar haciendo lo mismo.
Me temo Diesel, que esta vez Costa Rica quedo fuera de Sudafrica jaja. Pero bueno que le vamos a hacer. Si no se esta preparado en el momento, entonces no se esta preparado..jaja. Saludos!!
Buen texto. Una especie de “aviso para los navegantes”… jejeje… un abrazo cordial… !Nos vemos en Sudáfrica, Hacaria!… y mientras tanto dejamos salir los textos de nuestro corazón…