Tú siempre tan oportuno.
Perdona, tu recuerdo, siempre tan oportuno.
Como yo de inoportuna al volver a interrumpir el silencio con tu nombre. Por reclamarle al universo que no vendrás, y quizás por eso no vienes, porque no me convenzo de que lo contrario sería posible si tuviera fe en ello, pero qué más dá lo que yo desee, si sé a ciencia cierta que no me buscas ni me quieres encontrar.
¿O quizás no estoy tan segura?
Tu recuerdo siempre tan inoportuno, irrumpiendo en mi tranquilidad.
¿Si me convenzo de que me piensas como yo te pienso, el universo te traería hacía mí?
Y sigo indignándome por la aparición de tu recuerdo.
¿Me estarás llamando?