Conozco a una persona que siempre dice: “Desconfío de la sinceridad de aquellos que cantan a Dios sin cerrar los ojos”. Y a cierto pastor cristiano que afirma. “No se puede obtener la salvación eterna si no se posee el don de lenguas”. Y también conozco a un pastor evangélico que afirma, después de haber leido mil veces la Biblia de cabo a rabo, que sólo los feligreses de su iglesia (y únicamente los feligreses de su iglesia) serán los que se salvarán de la condenación eterna además de que afirma, porque simepre afirma para aparentar que no duda, que el Universo fue creado por Dios por simple capricho y no para que lo exploremos, lo conozcamos o lo visitemos. Tambien conozco a miles de sacerdotes que obligan a comulgar con los ojos cerrados y a miles de monjas y beatas que rezan con los ojos cerrados (rosarios enteros sin parar) mientras tienen la mente verdaderamente enferma.

No. Nunca estaré de acuerdo con ninguno de ellos ni con ninguna de ellas. Jesucristo es luz. ¿Cómo se puede ver la luz si cerramos los ojos?. Dios creó la naturaleza para ser vista con los ojos abierto. Yo nunca canto con los ojos cerrados, ni oro con los ojos cerrados ni cierro los ojos para ver el Universo. Jesucristo es Libertad… pero no se puede vivir en Libertad con los ojos cerrados.

Yo no soy teólogo ni deseo serlo nunca jamás… y dejo que tantos teólogos y teólogas que existen ya en el mundo continúen dialogando entre ellos (como vienen haciendo desde que Jesucrito se sacrificó por nosotros) con las bocas muy abiertas (porque !mira que hablan los teólogos y las teólogas!) pero con los ojos cerrados.
Que sigan los teólogos y las teólogas de cualquier especie discutieno, una vez más, de cómo se debe cantar a Dios, de cómo se debe hablar con Dios o de cómo se debe interpretar la Creación de Dios.

A todos ellos y ellas les digo que el Camino es un camino abierto y para gozarlo es necesario caminar con los ojos bien abiertos. Y miro y oro y canto con los ojos abiertos. Y gozo y siento y sueño con los ojos abiertos. Y soy y estoy y existo con los ojos abiertos.

Nota Adjunta: Ya lo dice el proverbio bíblico: “Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad”… porque entonces serías tan necio como él.