Regar el jardín

Me parece digna de elogio la actitud de Wersemei, que nos da un pequeño empujón para que sacudamos la desidia. Ella es una mujer muy valiosa y no sólo en la cuestión de las Letras.

Cuando empecé a escribir para que Vorem me publicase (creo que era mayo de 2007) no sabía bien qué esperar. Por un lado, creía que podía tener interés para alguien lo que pudiera decir. Por otro, estaba persuadida de que mi envidia hacia los escritores me llevaba a imitarlos, después de décadas de disfrutar de muchísimos ratos buenos leyéndolos. Qué digo buenos: apasionantes en ocasiones.

Mi ambición no era que nadie alabase mis textos, en realidad no tenía ninguna ambición salvo, quizá, comunicarme. El tema de la comunicación, que hoy está tan mal encauzado, ha sido siempre importante para mí. Algo que me ha frustrado mucho han sido los encuentros (pocos) con la madre de una amiga polaca, con la que hemos viajado incluso a Salamanca y parado a la vuelta en Ávila para ver sus murallas iluminadas en la noche, lo que ella agradeció mucho. Esta señora sólo habla polaco y ruso, yo siento una gran simpatía por ella, pero la comunicación directa es imposible y sólo podemos intercambiar alguna frase traducida por su hija.

Pues bien, mi participación en Vorem fue muy gratificante. No puedo describirlo de otra forma: me vi de repente rodeada de amigos “virtuales”, a ninguno de los cuales conocía entonces, que comentaban mis textos y yo, a mi vez, los suyos. Fue enriquecedor.

Quisiera recuperar ese tiempo, que, aunque pasado, tengo muy fresco en la memoria. Quizá yo he tenido la culpa de dejar de escribir y comentar, pero probablemente ha ocurrido lo mismo a otros amigos. Deberíamos recuperar la ilusión, en estos tiempos difíciles, y seguir regando este pequeño jardín para que dé las flores que antes daba. Debemos seguir recordando nuestros paisajes, nuestras estrellas, nuestros sentimientos y plasmarlos todos en estas páginas. Yo voy a intentarlo desde ya, sacudiéndome la pereza que me ha invadido hace ya algún tiempo.

Gracias por leerme y a Alberto por el trabajo que se toma.

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