Estoy en esta isla con mi soledad,
sólo tu recuerdo me mantiene en vida,
estoy en esta isla sin ninguna salida,
cada vez las noches son eternas,
y los días mi condenas,
Pero estoy en esta isla con tu recuerdo
pero sin poderte tocar.
Y un triste oleaje es mi despertar,
un oleaje que me dice que nada de
ésto era verdad.
Como el vuelo de la gaviota,
al cruzar el horizonte,
como la marea al bajar,
deja al descubierto un hermoso coral.
Estoy en esta isla contemplando el atardecer,
en mi mente se vuelve la pregunta de hasta
cuando te volveré a ver.
A veces nos sentimos así, como islas rodeadas de sentires. Posiblemente formamos un caudal de archipiélagos. Sólo la superación nos lleva de nuevo al continente de las compañías, pero todos hemos sentido alguna vez esa sensación isloteña. Yo también conocí esa sensación y por eso la comparto.