LAS PALABRAS NOS UNEN

Miro hacia atrás, presintiendo que una parte del recorrido de mi existencia se ha llenado con palabras. Me acepto en este permanecer callado un cierto tiempo, pero sé que la vida nos coloca en espacios que nos señalan hacia lo alto, lo compartido, lo que es comunión en su sentido etimológico. Y llegamos a recordarnos sin rostro, al abrigo de textos y palabras. Somos héroes de un espacio tiempo que otros vivirán como existencia veloz o voracidad de tiburones. Lo más sencillo, lo más simple tiene esa inagotable esencialidad de ser fuente de bien. Miro la vida de los otros y cada vez, encuentro que, en mitad del miedo, la enfermedad y los días grises, de nuestro jardín secreto una voz reclama nuestra atención: ser para esta comunidad humana, diferente en sus formas, lenguajes, modas y estilos…semejante en su necesaria humanidad, y aquí presiento días en los que el valor de las noticias es la muerte de uno, de miles de cientos…y nadie habla del último poema o la primera palabra dicha por un niño.

6 comentarios sobre “LAS PALABRAS NOS UNEN”

  1. Amigo Grekosay, siempre tan recordado por mí desde los primeros tiempos del Vorem, has hecho una buena interpretación de nuestra comunión colectiva a través de las palabras. Quizás éstas sean propicias para entendernos mejor que los grandes discursos oratorios. Las simples y sencillas palabras surgidas de la imaginación que nos une a una nueva definición humana. Yo imagino, tú imaginas y él o ella imaginan… y siempre están las palabras que construyen enfrentándose a un mundo incierto.

  2. común unión… sin rostros, con palabras… de un modo exquisito has reflexionado sobre nuestro paso, no se si el mío, pero si el nuestro, donde vamos cincelando palabras y haciendo comunidad. Excelente escrito, amigo. Un saludo cordial. (La palabra amigo no es una exageración, sino una consecuencia de coincidir con tu escrito) salud!

  3. Y nos unen, porque se comparten cosas sin ver los rostros, como bien dices Grekosay.
    Que bueno volver a verte por aca. Un saludos a la distancia. Y que bueno es leer a aquellos que siempre vuelven. Sigamos conociendonos sin vernos.

  4. semejante en su necesaria humanidad, deberemos entonces leer las noticias, quizás escuchar un bombardeo, pero siempre alertas al primer da da de un niño y hablar del ultimo poema.Saludos.

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