En ese momento estaba yo cogiendo unos libros de la biblioteca y me enteré. Habían expulsado a un alumno. Fue una medida absolutamente necesaria, para muchos. Los límites de la libertad de los demás se habían quebrado con la sola presencia de este adolescente. Quizá, y como un hecho aislado, no signifique nada. Ahora, y cuando las puertas se han cerrado a su paso…una historia (la suya) tiene que reescribirse.
De nuevo mi temor ante la situación que nos cerca, esa terrible y desatendida necesidad de entender lo humano desde lo humano, desde los valores que todos perpetuamos desde el nacimiento.
A alguien se le perdieron los papeles y quizá, siendo absolutamente justos, desaprovechamos la ocasión para reflexionar sobre el sentido último de cualquier palabra. No le conocí, hora…será el Expulsado.