¡Minotauro!Centro esencial del miedo.
Laberinto de la luz, donde la ceguera es el espejismo de lo imaginado.
Borges calla a un lado.
se lamenta de que sus palabras fueran derribadas
entre rocas antiguas y clásicos polvorientos.
¡No, evitad los espejos!
que no los vea…porque truncaría su invento más glacial:
el estilete de adjetivos,
el vértice de su creatividad mágica,
la razón jamás censurada de su orgullo.
Y en medio de la calle vomita Teseo.
Joven entre los demás,
ignorante de su empresa,
mensajero de una empresa única y despiadada:
matar al miedo.
3 comentarios sobre “Entre los espejos de Borges”
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Entrañable amigo. Me llena de salud tu fantástica empresa de matar al miedo con adjetivos que evitan los espejos del lamento. Creo en tu Teseo…
Tu vértice de creatividad. compañero, me hace encontrar palabras de luz como lamentos para ahuyentar el miedo.
El vértice de tu creatividad, compañero, me hace inventar palabras para ahuyentar al miedo.