Nos dimos un gran revolcón en aquella arena importada del Caribe
Del Caribe seguro no era pero el revolcón fue tan bueno que no importaba ni que fuera made en China
Nos dimos un abrazo tan pero tan inmenso que despegarnos costó la eternidad y más
Nos fuimos lejos de ahí, esos aires de frescura y confort no eran más que un engaño a los sentidos más mensos
Buscamos la luna
y ella estaba ahí
arriba
majestuosa
como incienso
que nunca
se va a extinguir
Nos dimos de lleno contra la montaña de nuestros sueños y tan grande era que la derrumbamos a cabezazos bien porfiados
Bien porfiados resultamos ser a pesar de toda esa destrucción que vino a atacarnos sin más explicación de que era buena hora para nuestra destrucción
Nos sentimos inmunes, nos sentimos fuertes, poderosos, Atilas encandilados, Atlas cargando el mundo sin mayores problemas
Nos fuimos del gran reino de los estúpidos y por minutos y horas construimos nuestro reino íntimo y en paz y ahí volvimos una y otra vez perdiendo la ropa en el camino
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Muy bueno, un abrazo
Las relaciones furtivas no tienen comparación con otras por su brevedad, misterio y secreto… Y hasta puede ser por su prohibicionismo! Bueno, en todo caso ver esa eternidad de la que hablas en un sólo momento, te hace ver el resto del tiempo como una lata.