Hay una parte de nuestra cultura que reafirma el sentido de la realidad como uno y casi absoluto. Somos un sistema biológico con un alto nivel de perfeccionamiento al que se une un “cuerpo psíquico”. La realidad ha sido uno de los grandes caballos de batalla para definir la cordura de una persona. Freud habló del Principio de Realidad enfrentado al Principio del Placer. ¿Qué papel juega el tiempo en todo este engranaje?
Marcel Proust fue uno de los grandes autores preocupados por el tiempo/vida. El recorrido de la vida es arrastrado por el Tiempo biológico y esencial. Este Tiempo se bifurca en caminos diversos y virtuales…y aparece como formando parte del Destino. Es cierto que la memoria es selectiva, siguiendo una afirmación de Eduardo, pero la memoria no deja de regularse en un equilibrio de sensaciones, de sueños, de fantasias que nos introducen en unas dimensiones diferentes de Tiempo y de Vidas.
A lo largo de cada momento vital establecemos Tiempos diferentes, vivimos vidas diferentes. Recuérdese…”cualquier tiempo pasado fue mejor”, que tanto ha marcado el pesimismo medieval europeo y culmina con “nuestras vidas son los rios que van a dar a la Mar, que es el morir”.
Este tiempo humano que termina es algo que todos conocemos, porque si existe una realidad intrínseca al vivir es la del morir.
Recuerdo los hermosos versos del poeta:
“Mis vidas transcurren en un reguero de palabras enlazadas”.
Es un hermoso tema, porque podemos elegir la “forma virtual en la que desarrollar nuestro ser”: ¿quizá peleando contra el Principio de Realidad?