Ahora comprendo lo variable que puede ser una mano
una mano estrecha, apoyada en la falda, quieta, sola, inútil.
Una mano de uñas rojas, en la carretera, haciendo dedo
que después enjugará una lágrima en un hostal llamado “casa Norman”
o algo peor (si existe)
Una mano que dice adiós, agitándose detrás de una ventana a la nada.
Te veo moverte, y me alimento de dormir preferentemente en tu axila imaginaria
harta de caer en tópicos deberías ya estar aquí
arrancármelos dejarme subir a lo más alto.
Una mano que teclea, una mano sucia, cargada de erotismo,
conductora de dildos y consoladores
conductora de teléfonos y calendarios,
de pilas duracell
de “la espuma de los días”
de pegamento no apto para uso infantil
de cremas diadermine
de anti poesía anti pessoa.
Una mano que se balancea junto al cuerpo al que pertenece,
una mano que carece de lo fundamental para querer vivir
ya formas parte de mi compulsión.
-corre! vete!
una mano que se suicida,
clava las uñas en la palma
la sangre corre
gotea, se estanca.
Te miro.
Tu mano es de niño y mi mano está muerta.