En la carretera

Un beso delicado en la piel. Eso es lo único que me atrevo a insinuar.
La carretera es peligrosa, y he encontrado una flor siniestrada.
– Rápido, llamen a una ambulancia!
El aire me golpea en la cara, frenético a tantos kilometros por hora
El órgano se ajetrea en su función, se excede
al verte lejos huraño fumando cigarrillos que apuras
otros que dejas a medias, por hastío, sí… el órgano
se vierte y quiere hacerse plástico, viscoso, alargado
llegar hasta tí. A las sábanas al puño cansado al equivocado instante en que
decidimos que había que
hacer algo.

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