I
Durante el tiempo que duró la crianza de mi hijo,
dediqué los pocos ratitos libres que tenia… a varias cosas:
Tejí; hice jerseys de punto para toda la familia.
Ganchillo; hice una colcha preciosa que nunca rematé.
Leí; A Sangre Fría, Jack el Destripador… (me dió por el género)
Pero sobre todo… devoré con infinita pasión varias
series de televisión:
“El Pájaro Espino”, “V”, y la reposición de “Curro Jiménez”
“El Pájaro Espino” me hizo sufrir, desear, suspirar,
amar, (a Richard…Cahmberl… ), temblar… “El Pájaro Espino”
me hacía sentir.
Anhelaba con toda mi alma que aquel cura ambicioso
claudicara ante el deseo y la pasión que sentia por una mujer.
Capítulo tras capítulo deseaba que por fin se derrumbara el muro
que le impedia entregarse al arte de amar, y por supuesto
que se despojara de aquella sotana negra, que aunque
le llenaba de glamur… intuía yo,que debajo de tanto faldorio,
moraba el cuerpo del mejor de los amantes.
Un día y otro, pedia yo a gritos ahogados, que la besara,
que la abrazara, que la desnudara… que follaran como
poseseos una y otra vez hasta morir.
El maldito cura, con aspiraciones a cardenal.. se me resistía,
porque se me resistía a mí. No a ella. A mí.
Imagino que quitarle el marido a otra mujer, tal vez
no sea muy difícil…
Pero despojar de sus principios
mas afianzados a un hombre, desbaratar una vida
de entrega a una causa, derrumbar delirios
de poder, y dar al traste con su Fe y el proyecto
de vida que esa Fe lleva implícito..
Eso… es otra cosa.
II
Eran las 8 de la tarde, de una tarde de verano, y salía de trabajar.
Camino a casa ví que estaba a punto de cruzarme
con tres yonquis. Les había visto en alguna otra ocasión porque solían
pedir dinero en una calle céntrica por la que yo estaba a punto de pasar.
Me fijé en ellos porque uno caminaba delante, y los
otros dos iban entregados por completo al recuento
de calderilla de la recaudación del día.
Contaban el dinero, que no parecía mucho, pero lo hacían tan
enfrascados y encandilados, que sonreían como niños.
Justo unos tres pasos antes de llegar a mi altura, uno de ellos
paró. Dejó de contar el dinero. Olvidó por unos minutos
lo que hacía, por qué lo hacía, y con quien estaba.Tuve la impresión
de que lo había olvidado todo.
Levantó la vista y me miró. Se puso frente a mi, y con esa
sonrisa arrebatadora de niño travieso, y mientras levantaba
los brazos y movía expresivamente las manos, dijo:
“Así, así me gustan a mí las mujeres de 40. Como tú”
Yo seguí andando… como si tal cosa.
Bueno, como si tal cosa… NO.
Anque me sentó mal que acertara de pleno
con la edad, sus palabras me llegaron
hasta donde mas hondo puedan llegar
las palabras.
Sus palabras, y Él.
No pude evitar girarme. Imaginé que
le vería de espaldas siguiendo camino
con sus compañeros, pero no fue así.
Seguía parado en el mismo sitio,y
con la misma sonrisa volvió
a decir, esta vez subiendo aún más el tonode voz,
y moviendo todo el cuerpo:
“Que sí, que son como tú , las mujeres
que me gustan a mí”
Debí de olvidarlo todo, porque me dió por extenderle la mano,
el la cogió sin dejar de sonreir,
se volvió solo para levantar la suya, en señal de despedida
a sus colegas, que seguian camino y se alejaban.
Durante el camino a casa y sin abandonar
aquella sonrisa que me iluminaba el alma,
no dejó de decirme al oído las palabras
mas bellas del mundo.
Eran sus palabras.
Era aquella sonrisa.Era Ël.
Debajo de los pantalones pitillo, rotos,
descosidos y blanquecinos… encontré
el cuerpo mas hermoso del mejor
de los amantes.
Follamos como posesos una y otra
vez. Nos faltó poquito para morir.
Nos devoramos como caníbales.
Me dejó vivir el mejor capítulo
de la serie. El mejor capítulo de mi
vida.
El, a cambio, solo se llevó el Rólex
de oro que mi novio habia olvidado sobre la mesilla.
DAKOTA
Pájaros espinos en las sombras de los elixires. Experiencia narrativa llena de la luz de la oscura necesidad. Buena confesión que el cura no podría soportar sin alargar un sollozo. El yonqui parado, detenido, ante el portal de sus oportunidades. Y Ella irradiando sensaciones de pionera para desplumar al pájaro espino de sus indolencias. Me gustó.
Gracias diesel. Más me ha gustado a mí tu comentario. Un beso
Dakota.-Que inmensamente triste me parecio tu relato,me ha tocado un poquito…
un beso padua
…Pero Padua, por qué?
Explicamé más por favor. Y hos he comentado que los relatos que he colgado aquí, son los únicos q he escrito en mi vida. Por eso es tan importante para
mí, vuestras críticas y comentarios. Estoy en pañales. Y quiero aprender.
Ahora estoy imprimiento vuestros textos para leerlos tranquila y, aprender y opinar. Gracias