de la naciente esfera de la producción en serie, el verbo macdolonear halla su inspiración en la narrativa de Gilder y se arropa en la genérica mirada de Poper Blomm y Macguarrelson. Incide sobre el paradigma la enunciación del presente de indicativo:
Yo macdoloneo
Impica la acción transitiva de la presión palpar sobre el molusco indefinido que termina por acabar en el intestino gruego y posando en elmuseo de los horrores de la defecatio quotidiana (sic. Irinaldus Higienicus) En su infinitivo:
Macdolonear
hallamos la raiz “mac” tan común a cualquier cultivador de avena, cenbada o centeno o soplagaitas que acaba como de manporrero en cualquier zona portuaria de Irlanda.
La santa irlandesa Taponia, comenta en su “Tractatus sobre la nariz rojiza de las monjas” que:
“Puestas a disposición del señor se ha de aportar a las hermanas un dedalillo de elixir vitalis para su mejora en los quehaceres de la emoción, que sobrepasando la tasa las hay que acuden a la oración terminal del día copn el “farolillo de la nariz como fresa de primavera”.
(Traducciónde Bernaldinus del original en galés arkaiko “Tramunsfg glus glus biltatrunfgruntren kikos limpianos flatrubns nigmentrisentribunavilblof”.
Me paro aquí, que me llaman.
Yo pienso escribir el cuento titulado “Taponia la de la nariz roja”, que debe ser una especie de saga irlandesa con galones a lo escocés. !Muy bueno, Greko!. Faltaba un poco de humor este verano…
!Menuda mutación macdolönica!. Hay que pensar antes de ir a los Mac… por eso de los Bernaldinus y los Tractatus. !Jajaja!. Me has hecho reir. La santa Taponia estará que hecha pestes.
¡Qué buena clase de germanística, mi querido profesor!
Tome apuntes sobre ello.
Ja,ja, ja ¡Tremendamente bueno lo de soplagaitas! :-))