PRECIOS DE UNA VIDA

Eleonor Pat A de Pollo había elegido ese día para su habitual manicura. Su gato Excelsior sacaba brillos a los Manolos de la señora mientras trataba de encontrar su única lentilla perdida. Apuró los últimos minutos para hacer un pis y dar instrucciones a su cocinera irlandesa, la señora Beatriz Mac Donalson. Ya en la calle subió a su amplia limusina y dio instrucciones a su chófer de Madagascar, Mauricio Das Bolas y Pintao. Calles, semáforos, inquietud. La hora punta hizo que Mauricio frenara de golpe, chocando contra un transporte de gallinas. ¡Inmenso traquetón! en la confusión del momento, Eleonor perdió la mitad del sentido, mientras con la otra agarraba el bolso de piel de culo de tasador de balanzas de Flandes. Ambulancias. Ruido.

La policia y un sin fin de emergencias todas a su disposición. En una valoración previa de los efectos contundentes, se ingresó en un hospital a Eleonor. Una de sus manos se había perdido en evento. Con rapidez el cirujano jefe, Jhonatan Lecler, improvisó resituando la pata de un pollo frances del Perigord en el regio muñón de Eleonor. Al despertar de la anestesia, epidural por supesto, salío corriendo para recibir su habitual sesión de manicura. La foto presentada es testimonio de que cuanto aquí se ha escrito no es pura coincidencia.

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