Cercano a las estelas

Siento la tarde tan próxima como el sueño,
tan cercana a la verdad suprema de existir
como mirar hacia lo alto y ser nube.
Hay palabras que jamás escribiré
porque no existen, porque son sombras,
porque evocan la certeza de realidad calladas
y habitan entre poemas con sabor a silencio.
Me cuesta mantener el diálogo certero
con la realidad que me imponen los ya muertos;
y reclamo mi derecho a describir, un primer beso,
o un último suspiro.

Detrás de todo, los pasos siguen siendo los ritmos apropiados
para componer esta sinfonía:
no existe nada más y tú lo sabes.
Siento que la tarde es una suerte de ironía
que mezcla el tiempo con el verso.
No quiero dejar de vivir,
y tengo tal certeza,
que sé que existe entre la vida y la muerte
como el viejo árbol que jamás deja de crecer.
Y aquí, las manos teclean los prodigios invisibles
de mis caminos andados.
Machado sigue siendo la certeza
y el horizonte…cambia, una vez más,
y todo pasa.

Un comentario sobre “Cercano a las estelas”

  1. A un primer golpe de vista me quedé en la primera estrofa y en ” reclamo mi derecho a describir, un primer beso,o un último suspiro”

    De un lado, enlazo con la reflexión de Diesel sobre el beso.

    Por otro, con el sentido último del poema, la reflexión machadiana sobre el paso del tiempo y tu atrevimiento a hablar de aquello que a todos nos da miedo, la muerte.

    Entre el primer beso y el último suspiro, efectivamente, está la vida que la estación nos arrebata. Hay que vivirla, beberla y besarla antes de que se esfume en el aire.

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