Dios nació del miedo a morir. EL pensamiento homínido abordó su angustia con una creación urgente de divinidad. Las creencias son vinculos que establecemos con nuestra Memoria Primordial. Creer no implica nada más que argumentar generosos juegos de posibilidades. No reflexiono sobre el hecho de presencia o ausencia de divinidad, sino…que presento la creencia como principio de muerte. La angustia es el umbral de todo temor a perder/nos. estamos sujetos a nuestro cuerpo desde el concepto sensorial que elaboramos de él. La vida se desarrolla como creación y creencia. Existo en medio de una plena convicción de deseo de futuro, de pensamiento futurible. Toda esta arquitectura se quiebra en las precisas convicciones de la biología o el certero dardo de una fisiología de manual:
somos productos que caducan. Dejamos de creer al no poder hacerlo, si adelantamos el proceso surge un inmenso desasosiego existencial. La necesidad de vida sólo es perceptible desde una argumentación en vida: morir equivale a perder/nos.
Dios nos es presentado desde un concepto de gratuidad: lo que jamás alcanza la muerte. Pero, la eternidad, como infinito, aumenta nuestra angustia, porque formamos parte de límites y sin ellos, tememos escapar hacia una Nada, donde nos sentimos incapaces de Pensar/nos.
Un comentario sobre “De profundis”
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Confío en tus palabras en muchos de sus aspectos, pero creo que la existencia o no de Dios es un misterio tan utópico de confirmar como la propia existencia despues de la muerte. Sé que mucha gente creyente crece con ese miedo, y siempre he pensado que todos son iguales, pero hace unos años tuve una profesora con la sinceré en muchos aspectos y una vez hubo de confirmarme rotundamente que confiara en ella cuando me decía que había visto ella con sus ojos a Dios. Eso no me hizo dudar sobre mis creencias pero si sobre que le había hecho sentir esa fe tan profundamente. Misterio y más misterio que en el fondo nadie creo que resuelva jamás. Cada loco con su creencia