Qué bonito decirte que me convierto en un niño
qué excitante soñar con abrazos de fantasmas
qué triste sólo poder recordarlos
fundidos en pesadillas conscientes
atados por mis propias sábanas.
Qué feliz pudiéndo decirte
qué gozo repetirte
tantas veces lo que uno siente
y poder al fín dejarte vivirme.
Y sentirme pequeño
enganchado a tus caricias
dejándo a nuestra vida
que la llene de recuerdos
encontrándote de nuevo
como el primero de nuestros días.
Niño volveré a pensar que voy
susurrándote…. “lo soy.
Bonito y acertado