Afloras belleza,
y en cada semilla
de tus bien andados
pasos , dejas junto a
mi el olvido de este
árido desierto de la
inexistencia.
Y en la magnitud
de tus lágrimas saladas,
toda la mar, toda una vida.
Que en esta perdida alegría,
canto a la despida de un antaño
otoño, de un antaño vendaval.
Y tu dulzura discreta,
bajo ojos de almendro
florido, agárrame del
brazo por entre caminos
de danzas fugaces
y plumas sumisas y rezagadas.
Que tu imagen misma,
regalándome el atardecer
de los olivos, hizo de mi cautivo
de tus brazos largos de miel.
Cuanta belleza…cuanto sol.
Saludos:
¡Qué bellísimo poema! Tan perfecto y delicado que no puede ser sino Belleza en Perfección. Gracias.
¡Muchas gracias a ti grekosay!, gracias por hacerlo más bello.
¡Un abrazo fuerte!.