Cielo

Cada palabra es un eco de bandoneones consumiendo el sándalo del tiempo. !Mándame metáforas que besen las largas historias de los lugares que habito entre estas paredes blancas, entre estos libros dorados, entre estos enseres de la noche, entre estos sueños de lo por venir!. Espero la prestada luz de tus ventanas azules para vivir en el cálido rincón de lo incansablemente viajero y así, con personas amadas como compañía de la persistente realidad, pretendo fundirme con los días del ahora.

Veo latir la vida y el tiempo en cada hexámero de la magia recordada. Desnudo en el aire de la concordia, entresaco la verdad de las llamas del horno lento de mis sentires y la música del dulce botín de la madera vieja hace que mi guitarra suspire nostalgias necesarias. Y vive en mis folios ya escritos una mirada de ángel en el eco de las olas de esta mi última cálida palabra: cielo.

2 comentarios sobre “Cielo”

  1. Por si iba en serio lo de las metáforas, ahí van unas cuantas del Siglo de Oro:
    “…no se toquen estorias pasadas, que no hay para qué: lo pasado sea pasado, y tómese otra vereda y basta…”
    “…habéisme de prometer de que con ninguna pregunta, ni otra cosa, no interromperéis el hilo de mi triste historia…”
    “Señor aguacil y señor escribano no conmigo tretas, que entreveo toda costura…”
    Claro que no sé a quién le pedías las metáforas, pero ya que la verdad habrá salido purificada de entre las llamas del horno lento de tus sentires, y que la madera vieja de la guitarra suspira esas nostalgias, supongo que no vendrán mal esas metáforas (nunca vienen mal).
    Y con respecto a la primera frase de tu escrito: Proverbio hindú “Sé como el sándalo, que perfuma el hacha que lo corta”.

Deja una respuesta