Lejos, en la negra sombra,
bajo aquella mesa, en aquel rincón,
tirita, dolorido, acongojado,
pequeño e inocente, tu corazón.
Yo abro las ventanas de par en par
esperándolo salir algún día,
esperando que despiertes,
y que saltes por ellas, y beses la orilla
de este mar inmenso que te espera
que te toca los pies y te espera,
que llora por ti y espera,
que vengas algún día…
Y mientras, en mí suena una canción,
que me despierta, me alegra,
como si nunca cambiase,
como si no fuesen diferentes las primaveras
de mi corazón joven, indiferente,
que ora llora, ora se muere de miedo,
ora está cerca, ora está lejos,
ora se quiere al mirar su reflejo,
y ora escapa del dulce recuerdo
de su existencia.
¡Te quiero!
Qué bonito, Ismael, es el mejor poema que te he leído hasta ahora.
Es profundo, dulce, inspirado…
Gracias y un abrazo.
Gracias! Me alegro de que te gustase. La verdad es que me inspiró una linda musa :). Un saludico.
Algún día tu hermosa musa se liberará de las fuertes ataduras del miedo y se dará cuenta que en tí tiene todo lo que siempre ha buscado.Un poema precioso ismael que refleja un alma igual de preciosa.Un saludo compañero
Es un poema muy precioso, ismael, por lo que tiene de sentido y de anhelo continuo. La llama final del !Te quiero1 produce el efecto deseado a todo el texto. Muy bonito, ismael. Un abrazote.
Ismael, no pierdas nunca tu musa, te hace escribir bellas palabras …me ha gustado mucho .
Un beso compañero