La luz del crepúsculo se mira
en los ojos oscuros del sueño,
un corazón acunado por espíritus
duerme en el trasfondo de un espejo
y la noche anda sobre los tejados
como misterioso gato solitario.
Hay una luna de vuelo de palomas
entre las estrellas perfumadas de hechizos
y un grito ascendente se encamina
hacia el prístino universo de lo etéreo.
Ha sido el silencio el que ha gritado
entre la pálida luz de lo taciturno
y se ha escuchado el silbido fresco
del riachuelo con aroma de laureles.
Y todavía te llamo, en el crepúsculo,
entre sombras de ebúrneas charangas.
Soy yo. Soy yo el que te está llamando
en esta noche de verso adolescente.
poema soberbio, de una sensibilidad especial con sabor a poetas antiguos. enhorabuena Diesel.