Ni se acordaba de que tenían que darle la nota de la prueba, no esperaba haberla pasado, ya no hacía ni caso al tema del Instituto. Pero a los 20 días del examen llegó una carta certificada, el cartero hizo firmar a la madre la entrega de la carta, con esmero la abrió pensando sabe dios que nuevas llevaría la misiva. En silencio la leyó, en ella le hacían saber que la niña era admitida para estudiar en el centro los estudios de bachillerato ya que había sacado una de las notas más altas , debía pasarse por las oficinas del centro para entregar datos de la niña y una foto para la ficha. Buena cara no puso ya vería lo que hacía pues quedaba consultarlo con el padre al regreso de su trabajo.
Ella los oyó hablar no le quedó muy claro lo que decidieron pero no le gustó el silencio que a ella le hicieron. A la mañana siguiente madre e hija se dirigieron al Instituto, su madre no quiso que la niña entrara en la oficina de admisión, dirigió sus pasos hacia los porchos de aquel grandísimo patio central. En ellos había muchas puertas, cada una de ellas se abría a una estancia de oficinas, en una de ellas vio bastantes chicos y chicas de su edad. Algunos lloraban, otros reían de content , su curiosidad le llevó a ver lo que pasaba que era aquello que les hacía sentir de esa forma. Vió un listado de nombres y preguntó que era aquello , ……es la lista de los admitidos y las notas de cada uno …….. le dijeron , vio su nombre en la lista y la nota —7,5— era de las más altas, le recorrió una calor por el cuerpo y a la vez se le erizó el pelo ………¡¡estaba admitida ¡¡….. Era sumamente feliz, por fin podría estudiar que era lo que le gustaba. Su madre la dejaría ya que no le costaba ningún dinero tenía una beca de estudios.
Eufórica esperó a su madre, al poco la vio y con tan mala cara que no osó preguntar ya hablarían en casa. La niña iba rezando todo el camino de vuelta — Que me dejen por favor , que me dejen estudiar– Tuvo tiempo de darse cuenta de que la madre había entregado todos los papeles que llevaba y la foto de la inscripción.
–Buena señal era esa ……la niña pensó.
De todas, esta es la historia que más me gusta de vorem. De verdad un día tienes que escribir un libro, yo desde luego lo compraría 😀
Besos!
Sigue con los cachitos, eh.
si, escribelo que yo también lo quiero comprar. Un besazo guapa.
Bueno, parece que la vida le empieza a sonreir a esta niña; aunque sea a cachitos.
Adelante con la narración.
Saludos.