A esa Dama Oscura

Dama oscura, que en la plenitud del silencio
te acercas a nuestras almas
tomándolas sin previo aviso y sin consideración.
Como odio verte a mí alrededor.
No sabes que no es mi hora,
no sabes que no me voy.

En los senderos de la vida voy sorteando peligros
los que tú premeditadamente me impones.
Llevo en mi equipaje la esperanza,
la seguridad de que nunca me verás caer…
…..por ahora ¡No!

Una carrera de obstáculos es mi caminar,
serena y segura estoy de mi victoria.
Para librar esta dura batalla me he rodeado de escudos
duros como el frio granito,
cortantes como el más bello diamante
ardientes como el fuego
y etéreos como el humo de una hoguera.

Como armas llevo la decisión
y el talante de vivir plenamente el presente.
Cada paso que dé, será un logro más…
un día más.
No voltearé mi cabeza al pasado,
los recuerdos irremediablemente ahí están,
nadie los borrará jamás.

Me servirán de experiencias,
de guías de ruta para no perderme en este nuevo paseo por mi vida.
Y cuando llegué el día de nuestro irremediable encuentro
me entregaré a ti dichosa por lo vivido.
Nadie habrá ganado, nadie habrá perdido

4 comentarios sobre “A esa Dama Oscura”

  1. Bravo, Wersemei, me ha gustado mucho este poema y, sobre todo, tu auto-afirmación. Aunque haya decaimientos momentáneos, el rumbo lo marca la voluntad de sobrevivir a ellos y a hacerlo con ganas de lucha.

    Fenomenal, te lo digo de corazón. Un beso.

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