A mi amada.

Me incineraron ayer,
mis negras cenizas,
esparcidas fueron,
por un pesquero,
en la costa Da Morte.

Voy en las olas,
en los corazones,
de los marineros,
en el vuelo blanco,
de la gaviota gris,
en el verde recio,
de las algas marinas.

Centollas y nécoras,
me llevan entre sus pinzas,
bueyes de mar caminan,
junto a mi serenamente,
en el fondo de sus rías.

Soy parte de Galicia ya,
la tierra por mí venerada,
siento haber vivido muerto,
alejado de tí en mi vida.

Cuando la fuerte galerna,
asalta los confines de la costa,
me interno en tus bosques,
beso la tierra que idolatro.

Soy espíritu fascinado,
del verdor de tus prados,
del trabajo de tus gentes,
y del sentir de sus llantos.

Subiré con los vientos,
bajaré con las mareas,
viviré en tus adentros,
tú serás mi único amor.

Galicia cuando yo,
vuelva a la vida,
quiero ser llorando,
marinero tenaz,
sentirte siempre,
amada mía.

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