A un ex Comisiones Obreras

Quizás pienses de mi que sólo soy un loco vagabundo o quizás vayas diciendo por ahí que soy un ser de otro planeta y que por eso siento amores trasnochados y vivo en un siglo humano que nunca existe. Y todo eso porque renuncié a una jefatura de oficina (que tú aceptastes raudo y sumiso traicionando todas las consignas que proclamabas a tus compañeros) para lanzarme al oasis de los sentimientos y navegar en las ondas de la sencilla trashumancia, codo a codo con esos obreros a los que tú falsamente decías defender y cuyos derechos humanos traicionaste por cuarenta monedas de plata. Yo todavía estoy mojándome con la lluvia de los atardeceres y empolvándome con el sol de todas las duras jornadas. ¿Que fue de tí?. Yo sé que tú sigues ansiando escalar posiciones sociales a costa del esfuerzo de los demás o que ansías ahora ocupar espacios grandilocuentes de orador sin medida, en base, como antaño, al engaño y a la estafa hacia tus compañeros.

Hasta siempre Aguero… que sigas comiendo mariscos y engordando de colesterol si es esa la única meta que ansías pero espero que ya no sigas mintiendo más a los demás. Y si pertenecer a Comisiones Obreras sirvió para que alcanzases esa pírrica jefatura que tanto ansiabas (unas cuantas moneditas más que los obreros pero a cambio de dedicación absoluta -mañana, tarde y noche- a los esclavistas del Banco y arreando zurriagazos a¨”los de abajo”, a esos a los que decías pertenecer con toda tu alma) te felicito… pero espero que tengas ya la suficiente honradez para no proclamar consignas de las que tú te mofaste en el momento de la verdad. Es mejor no haber sido como tú.

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