Adoro las mañanas en las que no hago nada, tan solo salir a la terraza y sentir la brisa de la mañana en mi rostro e incluso que se me erice la piel de frio. Adoro las mañanas acompañadas de un sueño soñado la noche anterior, que justo acabo de despertarte de él y el cual era inesperado para mi y me hace recordar aquel tiempo donde creía tener una razón para ser feliz, aquel tiempo tiempo donde soñaba contigo y aún hoy sigo pensando que será de ti.
Adoro las mañanas en que me despertaba y esperaba un “te quiero” de ti, que en cierta manera lo obtenia pero no era nada justo para mi y por esa razón esos “te quieros” pasaron aun segundo plano o quizás a un tercer plano (mas bien dejaron de existir).
Quizás no debería tener todo esto cabida en mi vida pero hoy, después de haber soñado contigo, descubro que fuiste importante para mi y aunque todo fue un mentira en aquel tiempo estaba bien ser engañada. Ahora ese engaño me hizo creer y saber valorar lo que hoy dia valoro.
Adoro las mañanas con un cigarro encendido y en las que no tengo nada que hacer, en las que sólo existen los “te quieros” de la gente que me importan y no necesito más. Adoro las mañanas de un paseo por el campo y una noticia de alguien qu eme dejo muy buenos recuerdos y que me hace saber que sigue estando ahí. Adoro las mañanas acompañadas de un chocolate caliente y recordando cuando jugaba de pequeña en el patio de la casa de mi abuela.
Y sobretodo adoro las mañanas dedicadas a mi, aunque pueda sonar algo egoísta, pero creo que de vez en cuando esta bien dedicarse mañanas a uno mismo, sin necesidad de pensar en nada ni en nadie..simplemente adoño las mañnas…
Bien esrito. Adorar las mañanas tiene importancia. En cuanto al contenido me parece un texto con sentimiento y la literatura si no tiene sentimiento deja de ser literatura para ser solo escritura. Un abrazo cordial.
Adoro las mañanas porque tengo pocas libres!! jajajaja y cuando las tengo podriamos decir que las amo! Gracias por tu comentario ismael!!
Besos.
Elbereth
No es para nada egoísta pensar en uno mismo. De vez en cuando y muchas más veces, incluso. Lo bueno de que te gusten las mañanas es que tienes para rato… y eso es una verdadera suerte. Un saludo.