¡Al menos alguien se detiene y te mira!

Gracias. Siento cierta vergüenza al sentirme observado tan “íntimamente”. Sospecho un cierto deseo de acortar distancias y hacerme ver que también en la acera hay quien te deja pasar mientras te sonríe.Todavía no me siento capaz de hacer lo mismo. Estoy acostumbrado a los “emilios” y dar consejos me resulta una tarea que antes de darlos hay que haberlos vivido. De todas formas no creo que nadie se ofenda sino le escribo nada. Sigo sintiendo que el “voremista” articula su juego alrededor de su parcelita. Siento que algo sobra y que algo falta, pero confío en no ser yo quien interrumpa el paso.Gracias.

Deja una respuesta