Desarrollo esta noche un radiograma polar, amarrado a este mundo de tórtolas doradas bajo las palmeras, los laureles y los pequeños lotos de la fantasía. Y me hago amaranto, coral y luna para vivir estas claridades de alba en que vivo esta noche tras las vidrieras del vaho y la rosa fría. Helada terraza que con sus senos al aire parece el nácar de la golondrina convertida en estrella tornasul. Quisiera ser el duermevela de la luciérnaga encendida.
!A volar!. !A volar el alma mía de calandria y ruiseñor!. !Hacia el aire!. !Hacia el aire amante grabado en los cielos de mis sueños!. Y camino junto a los ríos del agua de la aurora para decirte que soy pañuelo de bienvenida. !No!. !No me iré nunca de tu gruta y tu bosque!. Aquí, entre los almendros frescos y las mentas verdes, me digo a mí mismo que soy como cigüeña que anida o como mirlo que se baña en el estanque… o quizás solo como una tortuga verde que despierta junto a la mariposa y el saltamontes.
Quisiera mañana tomar el tren de los corazones para sentirte isla de cerezas estelares. Mi alma de jardinero se llena de blanco y rojo arrebol para sentirte suspiro en el aire de los deshaceres. Vengo de ser araña hilandera o pardo camello del desierto y ahora sólo me entretengo en flotar… flotar dentro de la fauna de este cielo semiestrellado bajo la galería de los faralaes. Alguien silba una canción y ensoñando me llega una carta escrita con tinta de color carmesí.
!Díme dónde está el banco de arena para construir castillos con la fantasía!.
!Preciosa invitación a la literatura ensoñadora!. Qué bien has manejado la riqueza de las palabras y sus metáforas. Tu Albalaria me entusiasma y es lectura obligatoria para mí esta noche. Yo quiero también construir castillos de fantasía en los bancos de arena de alguna isla de cerezos en flor…
Deliciosa filigrana.
¡¡¡Qué precioso!!!
Un saludo,
Carlota