Algo aprendí, al menos.

Un día, estando en clase de filosofía, tras haber hablado nosequé palabras (no las recuerdo), el profesor me miró, casi con rabia (más pose que nada), y me espetó:
– ¿Conoces la fábula de la hormiga y la cigarra?
Yo dije que hombre, que claro. “No, no la conoces, se la voy a contar a ti y a todos.” dijo.” Era tiempo de otoño, y las hormigas, tras haber estado trabajando en verano, seguían recogiendo alimento. La cigarra, que las miraba, seguía cantando y cantando (ésta vez con guitarra) y se reía de ellas. Y llegó el invierno, y una hormiga fue a hablar con la cigarra, dándole a entender cómo había perdido el tiempo. ¿Y sabes que pasó?” dijo, aquí, poniendo énfasis con una emoción que ni un atleta. PUES QUE LA CIGARRA SE COMIÓ A LA HORMIGA Y SIGUIÓ TOCÁNDOSE LAS… NARICES EL RESTO DE SU VIDA.

Y colorín colorado, toma metáfora del mundo actual que me pegó.

Un comentario sobre “Algo aprendí, al menos.”

Deja una respuesta