Arte y Cultura alternativa: en busca de la nada.

Leyendo el comentario de Diesel, sobre la Cultura alternativa, se me ocurre reflexionar sobre el “origen de las denominaciones” y “los intereses de la cultura”. Toda expresión plástica no debe suponer nada más que lo que es. Tenemos muy arraigada la necesidad de “erigir en árbitros” a quienes, como críticos y expertos, elevan a la categoría de Arte cualquier circunstancia que se inscriba en un “momento o ísmo”. Sólo, una cultura neurótica, como la nuestra, incorpora elementos, los categoriza, los nomina y cuando se extingue su “instante” pasan a ser algo que perteneció a….Una obra, de indeterminada indefinición, pasa a ser objeto de arte. El acuerdo no lo establece el autor, sino lo que denominamos “circunstancia cultural o hecho social”. Las vendaderas rupturas con el Arte Clásico, han pasado por ser auténticas bufonadas. Arte es todo que lo que deseemos que lo sea y la comparación entre “circunstancias” supondría un error para los teóricos. Una curda para tender la ropa con tre pinzas rojas, una azul y dos blancas…pasa a ser “posiciones aleatorias del vuelo de la paloma torcaz”. Una lata de sopa de tomate…supone un acierto de diseño y en manos de la Cultura, ya no es “una sopa de tomate”, sino la creación de un momento plástico, la sublimación del tomate en “creación sublime e irónica”. Sorprende ver un tiburón metido en una gran piscina de líquido conservador. Sin duda un tiburón es arte evolutivo; la piscina…es técnica posibilitadora. Los humanos siempre hemos tendido a dejarnos engañar, quizá porque da “cierto gusto” el ser tentado por los grandes orquestadores de la moda, del diseño, de la cultura posti/o de la contracultura in. Sorprende la violencia del crimen en muchas obras de Bacon de Caravaggio, interesantes y significativas. Admira el ver un punto negro sobre un bastidor blanco de 4×4. Excita la obra eclética de un autor que crea, al respirar diferentes tonos de CO2. Todas estas puestas en escena ya fueron “cuadros romanos”. La inspiración de Calígula, para poner en escena, su portentosa paranoia, elevó al caballo a la categoría de senador, incluyendo su casa, sus esclavos y toda la parafernalia. Aquí se daba el arte en la vida y la vida era arte. Un tiburón muerto y en formol, no es nada frente a Incitatus, el caballo de Calígula, amado, vivo, senador del Imperio. Véase pues, que la contracultura ha sido revivida, reanimada, ya que desde los orígines, toda cultura ociosa tiende a perpetuar sus sueños, a plasmar la inquietud de sus paranoias, a implicar la líbido contra los límites de la razón. Una la ta de tomate habría triunfado en Roma; dado que, como vehículo para transportar alimento sería el apropiado…y a la vez, hubiera permitido que el Imperio se extendiera más allá de los confines de la Tierra.

Un comentario sobre “Arte y Cultura alternativa: en busca de la nada.”

  1. !Muy bueno e interesante, grekosay!. Son aspectos a considerar dignos de un debate sobre las contraculturas y su validez o invalidez como Arte(Contraculturas que bajo mi punto de vista pasan a ser culturas alternativas porque desarrollan su propio “corpus” a través del tiempo). En los confines de nuestro entendimiento hay luces y sombras. Quizás las contraculturas sean solo sombras del Arte… y quizás el hecho de traspasar la lata del tomate a una metáfora de su significación sea sólo una sintomatía de ironía de la Razón(aunque también podemos inducir que encierra algo más que eso). Un abrazo, compañero y te felicito por tu planteamiento realmente interesante.

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