Te nombro y es todo olvido salvo tú,
que te perfilas, tan perfecta
contra el fondo opaco del recuerdo.
Tú, que sólo eres invento mío,
cábala impuesta en lugares y espacios
que recreo para hablarte,
te nombro
y, tan remedo como eres,
me enamoro de nuevo al verte tan viva.