Todas las entradas de: Namari

Abrazos desiertos…

Ha llegado el día del desencuentro
de ese hablar sin podernos mirar
aunque las palabras vean el alma…

Nos ha cogido por sorpresa a ambos,
a pesar de que el día era bien conocido
también señalado en todos los calendarios.

Pocos minutos, sin casi entendernos
por las prisas y todo ese ruido externo,
con tanto que querer decir, que contar
y entre silencios, optar mejor por callar…

Esa “chispa” que te invita a sonreír…

Sentir que la mañana rezumaba savia nueva, que después de aquel momento ya nada podría ser igual, minutos comprimidos que pasarían a ser parte de sus vidas, que jamás se podrían abandonar al olvido…

Todo pasó hace años, y todo volvió a ser hoy esa chispa que te invita a sonreír… y todo, todo por el simple hecho de pulsar un botón, encender un ordenador, abrir un explorador, buscar qué leer y aparecer cómo página: http://www.———-.com/

Reclinada en el sofá María encontró muy interesante esta nueva página, poesía, relatos… ¿qué más podía pedir para intentar distraer su mente y disfrutar de la lectura, unos de los placeres que más le gustaban? No podía pedir más.
Ensimismada leyó varios poemas, cuánto talento hay en el mundo pensó… cuánto arte, cuántos sentimientos a flor de piel dejaban ver aquellas palabras. Sigue Leyendo...

Los frutos del abuelo…

Atravesaba la sombra de las parras y tras ellas, te encontraba entre los árboles con tu rostro curtido por el sol. Siempre te levantabas bien temprano, y sentándote en el patio dejabas que sus rayos acariciaran dulcemente tu piel. Allí arriba me parecías ser cualquier cosa menos un hombre, te veía como un ángel, perdido entre las hojas, rescatando las más tiernas, dulces y jugosas, las más grandes, siempre para mí…
Desde abajo te miraba, siempre desde abajo… Te observaba ensimismada como si de un cuento se tratara, como si fueses un dibujo maravilloso del que no me quería despegar. Cuando te percatabas de mi presencia, me mirabas, sin palabras… y yo te regalaba mi sonrisa, sin palabras…. Sigue Leyendo...

Mientras duermes…

Abarcan tus brazos la almohada,
mis ojos te miran mientras duermes,
tus manos serenas, casi inertes,
evocan tus caricias en mi mente.

Me embriaga tu aroma de tormento,
respiro para adentro y me contengo,
retiro de mi alma los impulsos
de verte nuevamente con deseo.

Desconsuelo…

Julio se viste de negro, el calor se vuelve frío,
el cielo se tiñe de gris, el sol no quiere salir.
No quiere mirar, ni ser testigo de la maldad…

El ruido presagia el peor de los males,
inocentes en manos de vidas sin palabras.
Corazones rotos y un futuro sin fotografías…

Se esparce la sangre por la acera que hierve,
los ríos sin cause la llevan al fondo de la calle.
La crueldad una vez más ha hecho de las suyas…

No quiero que te vayas…

No quiero que te vayas…
Quiero que sigas alegrándome cada mañana,
quiero sentir que acaricias mi alma
con tu dulce voz como hasta ahora.
Quiero ser parte del aire que respiras
y cuando no sabes qué hacer,
llenarte de ese oxígeno del que tanto necesitas…

No quiero que te vayas…
Quiero formar parte de algunos de tus sueños
en el desgarro de tus pesadillas infernales…
Quiero sucumbir nuevamente al delirio de abrazarte
en mis noches de desvelos…

Se escapa…

Se escapa de unos labios un “amor”
cuatro letras, una palabra pequeña
y tan grande en significado…

Se escapa y se enreda con el viento
para llevarla a otros oídos
que la quieran escuchar…

Si te hubiese conocido antes…

Si te hubiese conocido antes…
te habrías perdido tocar otras pieles,
besar otros labios, mirar otros ojos…

Si te hubiese conocido antes…
no tendríamos un baúl de recuerdos para compartir,
mil y una historias con las que llorar y reír…

Si te hubiese conocido antes…
no podría preguntarle al sentimiento,
ni decirme este mismo lo que siento…

Atada…

Atada al tiempo que se escapa me encuentro,
sin tener un momento que me traiga tus besos,
una chispa, una llama… que me encienda los labios,
un minuto, un segundo de miradas profundas
que me hagan sentir estar fuera del mundo…

Atada al pasado de recuerdos y sueños,
te pienso y me llegan tus brazos abiertos.
La música anida en la habitación,
los pies ya no paran y nadie nos ve…

Cuando ninguna prisa nos espere…

Cuando ninguna prisa nos espere,
llegará el día en que ambos nos miremos
y entre espacios infinitos de aire fresco
sentiremos palpitar el corazón…

Cuando ninguna prisa nos espere,
notaremos suave brisa en nuestros cuerpos
y en ademán de un arropo natural
tus brazos, mis brazos… se buscarán…

Somos la respuesta a preguntas olvidadas…

Llena el silencio el vacío de tu ausencia
y te siento en la distancia pensando en mí…
Oigo en mi cabeza tus palabras que me abrigan,
no hace falta que las digas… las escucho….

Cierro los ojos y te veo frente a mi cuerpo,
como sombra del presente que me viene a visitar,
que ha dejado esos miedos encerrados bajo llave,
que ha querido en cuerpo y alma, estar aquí,…

Hasta luego Benedetti…

Me llegaste de la mano de un amigo,
como las buenas cosas de la vida…
Sabiendo que como contigo
siempre podía contar con él…
(”hagamos un trato”)
Poco a poco entre tus letras,
tus reflexiones, tus versos,
te adentraste en mis pensamientos…
Y esos “estados de ánimo…”
cambiaban gracias a ti,
con mirarte, aprendiendo como era
usando “tu táctica y estrategia”,

Amapola de mi vera…

Sentao’ estoy a tu la’ito
fijando mis ojos en ti…
y con el mirar me embeleso,
tu color me enciende, te admiro,
los recuerdos se disparan…

Rojo fuego de tus pétalos,
traen besos carnosos de ella,
enredados en esta verde hierba,
revolcándonos por pura pasión,
su cuerpo y el mío uno son…

No te vayas nunca…

No te vayas nunca de esta vida tuya y mía,
de este aire que envuelve nuestros cuerpos,
no te vayas nunca de mi vera, de este aquí,
de estas manos que te ofrezco, de mi piel…

No te vayas nunca de mis sueños y recuerdos,
de estas letras que has dejado para mí,
no te vayas nunca de mis ojos, de mi pelo,
de esta boca, de estos labios, de mi sed…

Tú, mi amado…

Me llamas y el susurro de tu voz, me vuelve loca,
desabrocho suavemente cada botón de mi blusa,
me despojo de esa falda ajustada a la cintura,
de las chanclas que resguardan las plantas de estos pies
que por impulso, casi sin quererlo… me trajeron hasta ti…

Con ganas, con muchas ganas me abandono…
y con fuerza, con mucha fuerza me envuelves…

Cada poro de mi cuerpo te siente,
cada gota de tus aguas besa mi piel,
como siempre que me encuentras y me dejo ver…
y al mismo tiempo, cada vez es distinto…

Llorando en seco…

He llorado en seco, esperando tu regreso,
sintiendo como el correr del reloj
se hacía eterno en esa infinita espera.

Han salido lágrimas silenciosas
de estos ojos que no miran mas que a ti…
Y abandonada al pensamiento,
evandiendo el alma de este cuerpo,
he creido verte frente a mí…

Por un momento he vivido nuestro sueño…
Y en un momento te has esfumado…
Yo nuevamente he llorado en seco
lágrimas de amor por ti…

Busco la medida…

Y busco la medida de tus miradas justas,
busco la medida…
Intentando esquivarlas entre las claras del alba,
pero al llegar la noche me pierdo entre tus ojos…

Y busco la medida de tus besos justos,
busco la medida…
Cuando pasión y deseo se apoderan de tu alma,
arrastrándome a mí hasta el borde de la nada…

Flor de Mayo…

Te esperaba con los brazos abiertos,
de par en par ambrientos
por sentir tu perfume,
acariciar tus pétalos,
engalanar mi hogar
con tu carisma y frescura…

Te esperaba y te aguardaba
mientras mi mente viajaba
por los recuerdos de risas,
de tardes de vida plena
que me traía tu perfume…